Padres esperaron en larga fila para poder matricular a sus hijos en el I. Santa María
CHILLÁN. Proceso se enmarca dentro de la Ley 20.845, que terminó con la selección arbitraria.
Pasadas las 14 horas de ayer comenzaron a llegar los primeros padres con la finalidad de poder obtener el ansiado número que pudiera garantizar uno de los 30 cupos que tenía disponible para pre kínder en el Instituto Santa María para el año 2018.
La incesante lluvia que se dejó sentir en la capital de la región de Ñuble no fue obstáculo para que con el paso de las horas el número de personas se incrementara, hasta llegar pasadas las 18:30 a cerca de cuarenta. El objetivo era claro, como la dirección del recinto educativo había definido como criterio de matrícula el orden de llegada, había que quedar dentro de los 30 primeros, y posteriormente permanecer en el lugar toda la noche, considerando que las puertas se abrirían a contar de las 07:00 horas de hoy.
Sin embargo, las inclemencias climáticas y el alto número de personas a la intemperie motivaron que desde la dirección se decidiera -pasadas las 19 horas- permitir el ingreso al gimnasio y que a los futuros apoderados se les repartiera café, lo que fue valorado por los padres. "Nos abrieron las puertas de la institución, siendo muy amables con las personas que estamos acá", dijo Héctor González.
Sacrificio
Previendo que habría alta demanda por matrículas, el colombiano John Rodríguez acudió al colegio a las 11 horas, pero no encontró ninguna fila. En algún momento pensó en dejar el proceso para hoy, pero finalmente decidió volver pasadas las dos de la tarde y quedó en tercer lugar. No obstante a su expectante ubicación, Rodríguez detalló que en su patria el ingreso es distinto.
"Uno va, y de acuerdo a los cupos matricula al niño, de lo contrario busca otro colegio. Hay más posibilidades de poder quedar. Nunca imaginamos que nos encontraríamos con este panorama. Es complicado quedarse toda la noche, sobre todo para las personas mayores, por lo que debería buscarse otro proceso de selección", explicó.
Alejandro Ojeda llegó a las cuatro de la tarde, cuando había 12 personas antes. Pese a que para que su hija pueda acceder a una mejor educación dijo estar dispuesto a realizar sacrificios, evaluó de mala manera el procedimiento adoptado por el colegio para el ingreso de los futuros alumnos.
"Es un súper mal sistema, por último el colegio debería prestar un espacio para que uno pudiera guarecerse, o de lo contrario, entregar un número y uno pudiera volver al otro día", criticó.
Una visión parecida a la anterior es la que planteó Héctor González, quien arribó al Instituto Santa María cerca de las 16:30 horas, quedando en la posición 18. "Se debe revisar el procedimiento. Quizás se parte muy tarde con las matrículas, o hay muy pocos cupos, lo que hace que la gente se ponga muy ansiosa", remarcó.
En una línea absolutamente diferente, José Soto validó la forma de admisión adoptada por el recinto educativo. "Está bien así, ya que de otra forma la gente no respetaría y buscaría la posibilidad de tener un número a como diera lugar", sentenció Soto. Desde el recinto educativo se informó que los números que certificaban el orden de llegada serían repartidos alrededor de la medianoche.
"Nos imaginábamos que podía ser caótico, pero no que comenzaría tan temprano la gente a venir. íbamos a ir en la noche".
Lorena Reyes, Madre en busca de matrícula."