A casi un mes de conocerse la decisión de Contraloría General de la República, que visó sin observaciones el término del proceso de licitación para la elaboración del diseño y construcción del futuro hospital de Chillán, y su adjudicación por parte de la comisión evaluadora y el Servicio de Salud de Ñuble al grupo Inso Agencia Chile, el proceso ha sido paralizado por la vía judicial, días antes de firmarse el contrato respectivo.
La medida ha sido adoptada por el Tribunal de Contratación Pública, encargado de resolver las contingencias que se generen durante un proceso de licitación que involucre al Estado de Chile, a raíz de una impugnación que realizó uno de los postulantes, el grupo italiano Astaldi, precisamente el mismo que se adjudicó las obras de construcción del Embalse Punilla en junio del 2016, tras obtener la aprobación del órgano contralor.
Anteriormente esta firma había logrado adjudicarse las obras en una licitación que fue objetada por Contraloría, lo que derivó en un nuevo llamado y con bases previamente sometidas a la supervisión del ente fiscalizador. En esta nueva licitación Astaldi S.P.A. fue superado por la oferta del grupo Inso Chile, lo que a juicio de los ahora reclamantes se debería a "vicios del proceso", en específico -aseguran- vulnerando la Ley de Compras Públicas y la Ley General de Administración del Estado, al haber requerido el Servicio de Salud documentos adicionales a los establecidos en las bases para certificar la experiencia del ingeniero calculista contratado para la obra.
De igual manera, la empresa Astaldi alega que su competidor habría incumplido las bases al exhibir una solvencia económica calculada omitiendo el porcentaje de participación de cada una de las firmas que conforman el grupo empresarial.
En rigor, el Tribunal de Contratación Pública ha actuado de manera transparente al paralizar el proceso por 15 días corridos hasta resolver los cuestionamientos recibidos de uno de sus participantes. Se trata de un tribunal con 8 años de experiencia en procesos de esta naturaleza y por tanto podrá determinar en un plazo prudente si las reclamaciones tienen asidero o, por el contrario, puede adjudicarse sin observaciones. No obstante, en el mismo contexto de la transparencia, de encontrarse plausible la demanda de Astaldi, ello significaría un duro golpe, no sólo para la comunidad de la nueva Región de Ñuble que espera ya por cuatro años por el inicio de la construcción del moderno recinto de salud, sino también para un compromiso presidencial y para la propia comisión evaluadora, que ya recibió críticas de parte del propio contralor de la república en la licitación anterior. Por el bien de Ñuble, y la credibilidad y prestigio de nuestras instituciones públicas, es de esperar que ello no ocurra.