Las comidas y las cuecas son los principales actores del fin de semana de Fiestas Patrias y a ellas se suman actividades que conforman las costumbres nacionales más antiguas y que muchos llamas simplemente juegos típicos.
De inmediato la memoria nos remite al trompo, a la rayuela, el palo ensebado y otros que no sólo requieren de la astucia propia de quienes los practican, también hay otros elementos asociados a la actividad física y que se potencian con la educación física.
"Los juegos populares chilenos poseen características que los hacen especiales e incidentes en el desarrollo de capacidades físicas, juegos de persecución como atrapar aves o animales o el chancho por ejemplo, ponen en actividad recursos como agilidad, velocidad y coordinación, mientras que también juegos como el palo ensebado requieren de cualidades de fuerza particulares que los hacen tener un buen grado de complejidad", destaca el entrenador de atletismo de la Universidad del Bío Bío, Pedro Catalán, y de cuyas palabras se desprende que los juegos populares de Chile también necesitan de potencialidades del cuerpo que permiten que sólo algunos de ellos logren destacar, mientras que otros son simples espectadores.
"Adicionalmente en el ámbito de la fuerza tenemos el tirar la cuerda que requiere un grado de coordinación; si sumamos rayuela, trompo y las bolitas nos introducimos en el ámbito de la coordinación y la precisión", agregó el experto del área física.
"Todos estos juegos, además de cumplir su objetivo recreativo, recluta importantes cualidades físicas lo que implica que su práctica no eventual puede incidir en forma importante en un desarrollo de la condición física", concluyó Catalán.
Quien también abordó el tema y realizó una vinculación entre los juegos típicos y la actividad física es el profesor Melandro Serrano, de la Universidad del Bío Bío, que de paso acusa una falta de preocupación por potenciar su práctica.
Para él la evolución social y el desarrollo de las nuevas tecnologías ha llevado en su despliegue y en el desarrollo humano al opacamiento de las destrezas y habilidades psicomotoras naturales del ser humano.
Esto se ve refrendado en el sistema educativo actualmente imperante en nuestro país, que tiende a estandarizar a los estudiantes en un sistema cerrado que no da cabida a las diferencias individuales y sus capacidades.
"La ausencia de nuestros tradicionales juegos populares, como el trompo, rayuela, troya, emboque y otros; la no práctica de estas actividades se visualiza en el poco desarrollo motriz de nuestras nuevas generaciones y de la vida cotidiana, que para generaciones mayores resultaban de fácil desempeño y que su ejecución significaba una acción cotidiana y de fácil aplicación", expresó.
"En la actualidad en nuestros jóvenes podemos observar un pobre desempeño de las actividades físicas, motrices y visomotoras cada vez que se exponen a la necesidad de realizar una acción física mecánica que implique generar una actividad motriz o un conjunto de ellas", agregó.
De acuerdo a la visión del docente, "los juegos populares chilenos deberían ser parte tanto de la construcción de los elementos que participan, como construir un volantín o un trompo en tornería; se ha perdido el barrio, que era un elemento aglutinador de las actividades de recreación motriz de los niños y jóvenes, al igual que el concepto comunitario para la actividad física y la recreación. Escasamente en el deporte y prácticamente sólo ha quedado el fútbol como elemento de comunidad y en algunos sectores, los menos, la rayuela".
El rodeo chileno, el segundo deporte más popular luego del fútbol, también requiere de importantes destrezas en el manejo de la rienda y la domadura del caballo. Esta disciplina es propia de los habitantes del campo, donde el animal es el elemento de trabajo, el sustento de vida, y la recreación, estableció Melandro Serrano.
"Por lo anterior se hace necesario integrar en los planes de estudio de todos los niveles del sistema educativo chileno la importancia del valor tanto histórico, social, educativo y otros, con la pérdida de nuestra identidad con el folklore, los juegos populares, la artesanía, que tienen directa relación con la actividad física y la recreación motriz de nuestra población".
Un ejemplo de lo anterior es que durante agosto y septiembre en las clases de educación física de los colegios se enseña a bailar cueca u otras danzas chilenas, lo cual deja de manifiesto que las tradiciones también van de la mano con actividad física.
El paso del juego al deporte es muy sutil, ya que incluso cabe destacar que tirar la cuerda fue considerado un deporte olímpico desde 1900 hasta 1920, considerando que apelaba al trabajo en equipo y la fuerza humana.
En tanto que el salto en saco apela a factores netamente físicos como velocidad, firmeza y resistencia, lo mismo que busca en las carreras de pista de los atletas.
Y si se trata de mirar dichas actividades como deportes, una referencia histórica más cercana dice relación con la rayuela, que de acuerdo a la ley 20.777 del año 2014, se le reconoce oficialmente como deporte nacional, lo mismo que el rodeo en 1962.
Los juegos y deportes populares de Chile no desaparecerán mientras en un rincón del país exista alguien que le otorgue la importancia que merece y lo que es lo más importante, lo practique.
Tirar la cuerda dejó de ser considerado un deporte olímpico, sin embargo en su génesis se le reconoce como actividad física. 1920
Por Ley 20.777, a la rayuela se la reconoce como deporte nacional, con lo que se respalda una actividad propia de Chile. 2014