"En este país no hay respeto a las personas. Acá las autoridades están solo cuando te piden el voto"
Héctor Valdés, Vecino de Chillán
molesto por paro municipal de ayer.
"Lo que corresponde acá, es que el subsecretario de Pesca renuncie"
Felipe Harboe, Senador, tras
desconocerse acuerdo suscrito en una mesa de trabajo para reconocer el carácter migratorio de la reineta.
Si bien las estadísticas de denuncias, procedimientos e incautaciones policiales confirman que Chillán no es una ciudad con un alto flujo de tráfico de drogas, la problemática social que trae aparejada la existencia de microtraficantes en sectores poblacionales de la comuna es un tema obligado para las organizaciones vecinales.
Un ejemplo palpable de esta situación quedó al descubierto durante el último fin de semana en la población Lomas de Oriente I de Chillán, como resultado del homicidio de Álvaro Constanzo Hidalgo. Durante la audiencia de formalización del principal imputado del crimen, César Araneda Palma, la Fiscalía local describió los pormenores de este hecho de sangre en un contexto de consumo de alcohol y pasta base. De hecho, según trascendió de fuentes policiales consultadas por Crónica Chillán, la investigación de la muerte de este vecino de 38 años fue prácticamente seguida "en directo" por las policías, debido a las intervenciones telefónicas para dar con proveedores de la peligrosa droga.
Durante septiembre de este año, en los días en que la comunidad festejaba las Fiestas Patrias, el OS7 de Carabineros desbarataba una red que internaba para su comercialización pasta base de cocaína en el sector sur oriente de la capital de Ñuble. Dos inmuebles de la población Lomas de Oriente fueron entonces allanados, se incautaron más de 7 mil dosis de alucinógenos y se descubrió a una organización familiar abocada al tráfico. Ya quedaba entonces de manifiesto cómo el terrible vicio se tomaba a este sector.
Chillán está siendo testigo de cómo la drogadicción se está convirtiendo en el verdadero y más peligroso flagelo de los barrios periféricos, detonando como resultado hechos de delincuencia y crimen, como el que conmovió al sector en los últimos días. Pero la efectividad de las policías no parece ser suficiente para terminar con las redes de tráfico y desde organismos como la Subsecretaría de Prevención del Delito no se conocen medidas directas de intervención para contrarrestar el microtráfico en las calles. Por ello, las autoridades deben reaccionar y pronto.
Los vecinos conocen el problema, aseguran que los responsables proceden de otros sectores y que se ha generado una verdadera estigmatización social de sus pobladores. Eso cosa de recorrer sus pasajes para observar como sus residentes viven enrejados, temerosos, mientras que quienes promueven el comercio ilícito de drogas se toman las calles.
En el tribunal de Garantía de Quirihue fue formalizado Carlos Venegas Labrín, luego que la fiscalía le imputara conducción bajo la influencia del alcohol y estableciera su presunta responsabilidad en el trágico accidente ocurrido en el sector Coipín, en Ninhue, donde una persona falleció y otras dos resultaron heridas.
"Posterior al terremoto del 27/F, fuimos los primeros en presentar una propuesta para un nuevo hospital y por eso vemos con preocupación que este proyecto se caiga nuevamente", sostuvo el presidente del Consejo Regional Chillán del Colegio Médico, Dr. Carlos Rojas, al recordar la iniciativa del centro de alta complejidad de Chillán.
Ocho madres de Ñuble han presentado recursos de protección ante la Corte de Chillán, advirtiendo efectos secundarios y no deseados en la vacuna contra el papiloma humano, que impulsa el Ministerio de Salud para escolares. Al respecto, el Minsal envió al tribunal argumentos donde pide rechazar los recursos de protección.
Al ser elegido Premio Nobel de Literatura 2017, el británico Katzuo Ishiguru, de padres japoneses, quien escribe principalmente sobre los recuerdos, a fin de entender el presente, denunció: "Vivimos un período en que todo el mundo se está mirando a sí mismo y las personas tienden a separarse en sus comunidades". ¡Y tiene toda la razón! El egoísmo, el no preocuparse de los demás, es una de las características de nuestro tiempo.
El hombre se siente muy orgulloso de la tecnología. Vive pendiente sólo de perfeccionarla, a fin de favorecerse de ella y vivir en un mundo perfecto y feliz. Se concentra tanto en este objetivo que ignora a los demás. Se encuentra tan ensimismado que no se da cuenta que lo está devorando. Las demostraciones son múltiples. Ahí está el caso de los que pasan día y noche mirando las pantallas de sus celulares, notebooks y televisores. No mantienen diálogo con sus familiares, con sus amigos y se aíslan socialmente. Muchos existen no para ser mejores espiritualmente, sino en función del consumismo. Concentran su tiempo no en superarse ni en ayudar al prójimo, sino en la manera de obtener la mejor rentabilidad para sí mismos.
La sociedad chilena no escapa a esta realidad. Un estudio reciente reveló que el número de amigos verdaderos se redujo de 4,5 a 2,5 por persona, y que la desconfianza se instaló no sólo en la ciudadanía en general, sino incluso en los barrios, donde antes imperaba la solidaridad. Las "visitas" a otros hogares desaparecieron. Nadie se interesa en conocer a otro, salvo si puede servirle como contacto para conseguir algo.
En el empeño de vivir sólo en torno a nosotros mismos, abundan los que no vacilan en exponer y, peor aún, comercializar su vida privada, incluso la sexual, a través de la televisión. Piensan que son tan importantes que todo el mundo los admirará. Las selfies son otra rotunda manifestación de cuánto nos autoadoramos. Muchos pasan el día registrando sus rostros y sus vidas mínimas y "subiéndolas"a las redes sociales, a fin de que la gente se asombre y los aplauda. Impera la banalidad.
La mayoría dejó de impresionarse con la desgracia y el dolor ajeno. Si presencia un accidente, un suicidio o hasta una matanza, y se concentra en filmar, para luego difundir las grabaciones en las redes, a fin de dejar constancia pública de su inteligencia y recibir la veneración de otros, tanto o más tontos, que les dirán la frase sagrada de nuestros tiempos: "Me gusta".
Los principios y valores, los buenos hábitos, las emociones positivas, el respeto a los demás, incluso el amor, la generosidad son "cosa del pasado". El dinero, que antes era un medio, se convirtió en un fin, para complacer nuestras necesidades de bienes, que muchas veces son prescindibles. El fin es uno solo: sentirnos contentos e impresionar a los demás. Convencernos de que somos mejores, superiores y únicos.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.