La novela en que Germán Marín recuerda libremente a su madre
"Tal vez sí, tal vez no", la última obra del autor, narra la historia de La Nona y estuvo 20 años reposando entre sus escritos. En ella logra construir el relato divertido y truculento de una entrañable señora de clase media.
La Nona es "grande como una mancha", alta y robusta como un globo aerostático, un gran cohete como le dice su nuera, la "Señora Corvina" como la moteja su único hijo, a quien "nunca quiso en plenitud" por su escasa capacidad de afecto.
La insufrible Nona compendia impertinencias y mezquindades, es una mujer carente de humanidad que finalmente resulta entrañable gracias al sólido oficio de Germán Marín Sessa, quien ofrece su retrato truculento y jocoso en su última novela, "Tal vez sí, tal vez no".
Dividida en siete capítulos, el libro recorre con avances y retrocesos la línea de vida de esta descendiente de italianos, desde que nace hasta que muere abruptamente un martes a las ocho de la noche, luego de un oscuro asesinato del cual hay un puñado de sospechosos, cinco hipótesis y tres conclusiones sobre la causa del deceso. Escrita hace 21 años, y basada muy libremente en el recuerdo de su madre, la novela permaneció dos décadas sepultada entre los libros y carpetas de Marín.
-¿Cuánto intervino el texto original que escribió en 1996?
-Cuando escribí esta novela decidí dejarla de lado, porque lo que estaba en ese momento escribiendo y publicando era un mundo completamente distinto. Quedó guardada hasta que hace un año y tanto, por casualidad, revisando papeles, me encontré con el original y me pareció que era pertinente, que se podía llevar a libro, le hice una lectura crítica, corregí unos aspectos y luego lo entregué a Seix Barral.
-¿Qué le habría parecido a su mamá este divertimento, la habría hecho reír o la hubiera espantado?
-Yo creo que la hubiera hecho reír en parte y algunos aspectos indudablemente no le habrían agradado. Pero bueno, no olvidemos que este libro está en buena parte conducido por la ficción, por lo tanto los elementos de la imaginación abundan.
-¿Ella leía lo que usted escribía?
-No, prácticamente no leía mis cosas. Sabía que yo escribía, pero no leía mis papeles. Ella no tenía mucho en estima mi actividad literaria, consideraba que era un poco una actividad inútil, cosa de la cual yo estoy un poco de acuerdo hoy.
Oscilaciones
Germán Marín cuenta que siempre que está a su alcance incide en las portadas de sus libros y esta no fue la excepción. El cuadro de Francis Picabia con sus líneas que se expanden y curvan le pareció que traducía muy bien el tema del título, aquello de la "arcaica disputa entre el sí y el no que divide a los seres".
-Este nombre, "Tal vez sí, tal vez no", tan oscilante y dubitativo, ¿lo adjudicó después de escribir la novela o tuvo otros?
-Más o menos desde el principio lo establecí. Aparece como frase dicha en las primeras líneas respecto a una duda que mantiene el personaje. No olvidemos además que tiene un final bastante lleno de dudas, las distintas hipótesis sobre la muerte de la Nona, así que me parece un título correcto. Eso creo, aunque a lo mejor mañana puedo pensar otra cosa.
-¿Se acuerda cuál fue el primer impulso que dio inicio a esta novela?
-La empecé a escribir estando en Barcelona, ahí me nació un poco la idea, sobre todo eso que en el libro se advierte, esa cosa imprecisa del lugar, que nunca se sabe dónde ocurren los hechos, si es en Buenos Aires, Barcelona o Santiago. Se me planteó poner en duda dónde en verdad trascurre todo, así fui orientando el asunto.
-¿Y esta es su ficción más abiertamente orientada al mundo femenino?
-Yo creo que sí, indudablemente.
-¿Y cómo fue explorar el mundo femenino?
-No creo que haya tenido una visión amplia, general, sobre el mundo femenino. Me estuve constantemente refiriendo al personaje mismo nomás.
Las tardes de cine
Desde siempre a Marín le ha gustado el cine y reconoce que hasta hoy, cuando tiene tiempo en las tardes, se pone a ver películas antiguas. "Hace poco volví a ver la segunda parte de 'El padrino' y me gustó mucho de nuevo. He descubierto también algunos autores orientales, me gustó mucho Wong Kar-wai, me llamó mucho la atención y me gustó que emplea como fondos musicales algunos boleros como 'Ojos verdes' o 'Siboney', hasta tal punto que en algo que estoy escribiendo hay una muchacha a la que le puse como nombre Siboney", agrega.
El autor dice eso sí que el cine que no resiste es el romántico de los años cincuenta, pero en general hasta los musicales le gustan. "Esas son las tardes que estoy llevando. Y mi lado melómano lo complazco sobre todo con los clásicos, que son una inclinación permanente", asegura.
-¿Tiene más manuscritos sin publicar?
-Justamente estoy abocado a eso. Tengo un libro, que fue mi primer libro, publicado el año 73 por la editorial Quimantú, es una novela que se llama "Fuegos artificiales". Nunca supe por qué, pero tras el Golpe fue prohibida su circulación y tengo entendido que los ejemplares que había fueron destruidos. Alcanzó antes a tener una pequeña proyección, tuvo algunos artículos favorables, pero poco después me fui al exilio y me olvidé del asunto hasta que un editor me sugirió volverlo a editar. En eso estamos, con el libro casi a punto.
En "Fuegos artificiales" confluyen distintos relatos unidos por elementos comunes, adelanta Marín. Uno de los principales es la historia del senador José Clorindo Inchaurraga, una especie de cacique conservador en bancarrota, quien recuerda desde su actual decrepitud y abulia.
-Se acercan las elecciones presidenciales, ¿va a ir a votar?
-No, no creo. La verdad es que no me entusiasma ningún candidato, ninguno. Me gustaría tener algún entusiasmo por alguno de ellos, pero no lo tengo. No voy a ir a votar, ninguno me satisface. Es una pena, me habría gustado tener una mayor participación como votante, pero esta vez el entusiasmo no me acompaña. Así es la vida, pues.
-Sí pues.
-Su nombre me es muy particular, porque mi madre se llamaba Amelia.
-No le puedo creer…
-Sí, por eso cuando le dije Amelia me resonó muy familiar.
germán marín cuenta que está abocado a la reedición de su primer libro, "fuegos artificiales", de 1973.
"Tal vez sí,
tal vez no"
Germán Marín
Editorial Seix Barral 164 páginas
$12.900
Por Amelia Carvallo
"Cuando escribí esta novela decidí dejarla de lado, porque lo que estaba en ese momento escribiendo y publicando era un mundo distinto".
alfonso gonzalez ramirez
"Me gustaría tener algun entusiasmo por algún candidato, pero no lo tengo. No voy a ir a votar. Es una pena, me habría gustado mayor participación".