"Es la segunda vez que vamos a incursionar en cereales ancestrales a un escalamiento mayor, con el fin de suministrar a la industria y a los consumidores una productiva trazabilidad e inocuidad", dijo el gerente agronómico de Beneo Orafti Chile, Peter Guhl, durante la presentación del "Polo Granos Ancestrales" para producir quínoa, alforfón (trigo sarraceno) y chía.
La empresa belga que opera en Chile en la comuna de Pemuco, es parte de este instrumento que sentará las bases para una nueva industria chilena de ingredientes funcionales y aditivos especializados.
Se trata de los "Polos Territoriales de Desarrollo Estratégico", a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura y que cuenta con el financiamiento del Fondo de Inversión Estratégica (FIE) del Ministerio de Economía.
La iniciativa gestada el año 2010 a partir del Programa de Innovación en Alimentos Más Saludables (PIA+S) estableció cinco polos territoriales, abarcando ocho regiones del país, desde Valparaíso a Los Lagos, y se espera que su funcionamiento impacte a cerca de 10 mil agricultores, en su mayoría provenientes de la agricultura familiar campesina.
"Este programa busca articular a los productores con las entidades tecnológicas y la empresa como trasformadores en torno a un producto dentro de un portafolio que incorpore ingredientes funcionales o aditivos", explicó Isabel Reveco, asesora de la dirección ejecutiva de FIA.
La ingeniero agrónomo resaltó que existe una oportunidad en el mercado internacional para estos productos, que ha crecido en los últimos siete años a una tasa del 30%. "Este programa con cinco polos territoriales partió este año, en forma de piloto, para aprovechar la diversidad de materia prima que existe en Chile para darle valor agregado", afirmó.
Granos ancentrales
En el caso del "Polo Granos Ancestrales", gestionado por Orafti y que comenzó en octubre de este año, abarca un territorio desde las regiones Metropolitana a La Araucanía.
"Es una apuesta muy interesante en forma conjunta entre el grupo Beneo, la Universidad de Concepción, INIA y las empresas porque vienen a rescatar la diversidad de estos granos que se han ido perdiendo en nuestro país", dijo Reveco.
La asesora de FIA indicó que este "polo" dispone de un financiamiento de $900 millones en tres años, más $258 millones aportados por la empresa belga y otros $111 millones por la UdeC.
Por su parte, el gerente agronómico resaltó que la producción dará origen a un portafolio de productos que incluye harinas, concentrados y mezclas funcionales. "La idea es desarrollar un mercado que genere en Chile una industria sustentable", sostuvo.
Peter Guhl dijo que todavía no podría determinar la cantidad de productores participantes en este polo, aunque estimó que en el caso de la región de Ñuble podrían participar alrededor de 150 agricultores.
"Tenemos tres años para desarrollar el negocio, pero estamos apostando que a partir del segundo año podemos generar cierto volumen de producción significativa", dijo el gerente de la empresa del Grupo Südzucker, que produce fibras prebióticas (inulina) a partir de la achicoria.
Cultivo potencial
La quínoa es parte de la gastronomía mapuche y en la actualidad es altamente demandada en la comida gourmet. Este cultivo también es parte de un programa nacional desarrollado por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias. El director del INIA Quilamapu, Rodrigo Avilés, destacó que la entidad trabaja en el desarrollo de cultivo en distintas zonas del maíz. "La ventaja que tiene este polo es que vincula el trabajo estamos que haciendo en INIA con la industria y principalmente con los productores. Se genera una sinergia entre la investigación y la parte productiva y comercial", sostuvo Avilés.