Frases
"La cárcel ya no soporta que permanezca mucho tiempo más así".
Sergio Zarzar
"Es un gabinete regional equilibrado políticamente y con gente con experiencia y conocimiento".
— Frank Sauerbaum"La cárcel ya no soporta que permanezca mucho tiempo más así".
Sergio Zarzar
"Es un gabinete regional equilibrado políticamente y con gente con experiencia y conocimiento".
— Frank SauerbaumDe acuerdo a la versión dada por el recinto asistencial, la mujer sufrió un desmayo y paro cardiorrespiratorio. Según familiares de la joven de 22 años, preliminarmente la autopsia reveló que la guagua nació viva y pereció por asfixia. Ministerio Público instruyó investigación a la Brigada de Homicidios de la PDI. Informe clave estará en 3 meses.
Siniestro que afecta al sector La Mortandad, ha sido contenido por brigadistas de Conaf, pero no controlado, por lo cual se decretó la alerta roja a raíz de las 80 hectáreas que ya han sido consumidas. En la región más de 700 hectáreas han sido afectadas por el fuego con focos en Hualqui, Florida y Talcahuano.
Superintendencia de Medio Ambiente formuló 10 cargos a la empresa que tiene 10 días hábiles para responder. En base a 21 informes, se comprobó que se superó la norma en niveles máximos permitidos de ciertos contaminantes.Crónica Chillán se contactó con la entidad que se encuentra analizando la situación. Arriesgan la clausura definitiva.
Desde 2010 existe la ley que hizo posible instaurar el concepto de donante universal, por el cual todos los ciudadanos son dadores, a menos que expresen su voluntad en sentido contrario.
El año pasado la Coordinadora Nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud registró un total de 457 trasplantes, gracias a 173 donantes. Se trata de la cifra más alta de los últimos 20 años, sin embargo esta cantidad continúa siendo insuficiente, auqnue Chillán estuvo a la cabeza de la sprocuraciones realizadas el año 2017. En la actualidad hay 1.900 personas que esperan un trasplante en el país. Según datos de la Corporación de Trasplante, si la mitad de las personas que sufre muerte cerebral en Chile fuera donante no existirían las listas de espera.
Las donaciones son un tema complejo al interior de los hogares, pues si bien el dador en la mayoría de los casos manifiesta su decisión en vida, las familias son las que finalmente deciden si se concreta o no esa voluntad. Es un problema que tiene múltiples aristas y que está asociado en un alto porcentaje al desconocimiento y desconfianza. De por sí este proceso significa un dolor, tanto para las familias de los donantes como de quienes esperan los órganos en momentos de suma complejidad. Pero este procedimiento es la única posibilidad de vida para personas que, además, deben esperar un órgano compatible. Se suma que los procuramientos requieren de toda una red de apoyo y enorme logística, para transformar este sueño en realidad.
Necesitamos iniciar la conversación en la familia para efecto de que ésta pueda respetar la voluntad de una persona que ha decidido ser donante. Hay un protocolo claramente establecido respecto a los pasos para generar los procuramientos.
Existe un consenso generalizado entre las personas que han recibido un órgano, en torno al cambio radical de vida que les genera este tipo de acciones solidarias. Estas son decisiones basadas en el amor, cuya única recompensa es entregar vida.
De acuerdo al Registro Social Calle 2017 realizado por el Ministerio de Desarrollo Social, en Chile existen 10.610 personas en situación de calle, de las cuales un 85% son hombres y el 15% mujeres.
Son cifras que además consideran las razones por las cuales una persona cae en esta condición: consumo excesivo de alcohol y drogas y problemas familiares, en ese orden. Si bien la discusión del día a día contempla que una sociedad moderna que aboga por la inclusión y la igualdad no debería tener estos problemas, resulta paradójico que las cifras que arrojan las distintas mediciones se mantienen en rangos similares y la realidad no cambia o se aprecia un avance precario.
Entonces vale preguntarse cuál es la falla, qué se está haciendo mal. En ese contexto es necesario obviar los fríos indicadores macroeconómicos y dirigir la mirada a factores valóricos y éticos para animarse a poner el dedo en la llaga de una sociedad que prefiere dar la espalda a la pobreza en vez de entender el fenómeno para dar un paso hacia la solidaridad y las acciones concretas que sumadas pueden modificar realidades y destinos marcados por el dolor de la calle y que lamentablemente no son foco de interés para los medios de comunicación masivos.
Existen apuestas individuales que se forjan a pulso y con recursos limitados pero que gracias a la tenacidad de sus mentores han logrado objetivos, que por pequeños que parezcan, son capaces de dibujar una sonrisa en algún benefactor. También están las instituciones formales que avanzan en concordancia con las políticas gubernamentales y finalmente reconocemos la institucionalidad que entrega los indicadores y cifras, aquella que a pesar de los esfuerzos de sus programas hoy informa a través de datos duros acerca de un fenómeno más bien estancado.
El desafío para las nuevas autoridades es grande y desde ya es obligación periodística recordar lo que el programa de gobierno del presidente Sebastián Piñera postula sobre el particular en su Plan Nacional para la Superación de la Pobreza: Ingreso Ético Familiar, fortalecimiento del empleo y educación, ampliación de bonos, subsidio al empleo joven, eradicación de campamentos (a largo plazo - 2026), fortalecer el programa Noche Digna y la creación de un plan de apoyo a personas en situación de calle, entre otras apuestas declaradas.
La premisa es que Chile tiene los recursos para combatir la pobreza y en ese entendido es que las promesas serán revisadas en cuatro años más. Junto con eso lo que se espera es que hablemos de una sociedad comprometida, sensible, informada y solidaria donde camine motivada por valores y no por dólares. Se espera que al final del día en vez de cifras hablemos de inclusión no como un concepto que adorna un discurso de campaña sino como una mirada arraigada en cada uno de nosotros.
Ignacio Paz Palma Facultad de Comunicaciones, U. Central