Se estima que en nuestro país mueren diariamente medio centenar de personas por causas asociadas al consumo de tabaco, la mayoría por cáncer u otras enfermedades crónicas. Por ello, para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el tabaquismo es una epidemia que hay que combatir, junto con advertir sobre los riesgos que genera en la salud y abogar por políticas que den resultados a la hora de reducir este consumo.
Las estadísticas indican que el promedio de consumo de cada chileno es de 860 cigarrillos al año. Los esfuerzos de la OMS están puestos ahora en la promoción del llamado empaquetado neutro de los cigarrillos. Estima el organismo que "el empaquetado neutro de los productos de tabaco restringe o prohíbe el uso de logotipos, colores, imágenes de marca e información promocional sobre el envase, excepto los nombres de la marca o del producto, que se han de presentar en un color y tipo de letra estandarizados".
Nuestro país ha desarrollado una serie de campañas a través de imágenes en las cajetillas de cigarrillos, con la idea de advertir, con mayor o menos impacto, los efectos que puede tener para la salud y el entorno el hábito de fumar. A eso, se han sumado cambios constantes en la legislación en los últimos 15 años, destinados a desincentivar el consumo de tabaco y a restringir los espacios para fumadores, especialmente cuando éstos son lugares públicos.
Si bien el fumador argumenta que se trata de una cuestión personal, vale recordar las razones que motivan la atención en el consumo de tabaco.
Para la OMS, el tabaquismo es una epidemia que afecta a cerca del 17% de la población adulta en las Américas. El escenario es más complicado en el caso de Chile, que inició esta década con un 40,6% de fumadores entre los 15 y los 65 años. La edad inicial para el consumo también se ha ido adelantando y ha aumentado el hábito entre las mujeres. Es por eso que es importante tomar conciencia respecto a los efectos que tiene este hábito, por lo cual los organismos sanitarios ponen su atención e inquietud.