Autores invitados al Chillán Poesía visitaron escuelas y liceos
CULTURA. Hoy es la última jornada del encuentro literario y sus protagonistas hablaron con Crónica Chillán
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El cielo aprovecha de cubrirse de nubes que amenazan con agua mientras las hojas otoñales se levantan y agitan empujadas por el viento. Al interior de la Sociedad Empleados del Comercio, los escritores invitados al Chillán Poesía de este año comen tranquilos, protegidos por el bullicio de los trabajadores que almuerzan antes de volver al trabajo. Ante esta imagen, toman un sentido diferente, o al menos peculiar, las palabras de Ingrid Odgers al decir que "no se puede vivir de la literatura, hay que tener un trabajo remunerado para pagar las cuentas".
Odgers, poeta, novelista, ensayista y un vasto etcétera, nació en Concepción en 1955 y comenzó a escribir de forma autodidacta, ya que su formación superior está ligada a la informática. "La literatura fue mi tabla de salvación, mi herramienta de sanación y lo que me permitió llegar hasta aquí y estar hablando contigo ahora", revela la autora de "Ya no somos vírgenes", libro que le costó 14 años publicar por las reiteradas correcciones que le aplicó hasta que decidió darle el punto final.
Por lo mismo, la escritora afirma que a veces le es complejo pasar sus emociones y sentimientos a la página en blanco. "Ahora, en mis nuevas novelas no me he demorado más dos años, pero en ese proceso hay revisión y corrección, revisión y corrección", cuenta la autora.
Leonel Lienlaf, autor bilingüe que escribe en español y mapudungun y quien dio la conferencia inaugural del encuentro poético, opina de forma similar. "Más que dificultad es un proceso, un trabajo. Es como el oficio, uno se va puliendo. Al principio, las cosas son más toscas. Luego, con la experiencia se genera un ritmo y se trabaja de acuerdo a lo que uno quiere", reflexionó.
Respecto a la relación que busca generar el certamen entre literatos y estudiantes mediante la visita de los escritores a establecimientos escolares con el fin de realizar lecturas y conversaciones con los alumnos, además de entregar algunos de sus textos a las bibliotecas, Leonardo Sanhueza, escritor temucano de profesión geólogo, detalla que "fue muy interesante. Fui al Liceo Marta Brunet y les presenté un fragmento de mi novela 'La edad del perro' y pudimos conversar. Ellos me hicieron preguntas bastante interesantes a pesar de lo poco que les pude leer. Reaccionaron bien, después de leer se me acercaron a hacer preguntas y para decirme que les habría gustado, que siguiera leyendo", relata el autor de "La ley de Snell".
Lienlaf, que por su parte visitó la Escuela Los Héroes, vivió una experiencia particular. "Fue bastante interesante, sobre todo para los niños. Como soy autor bilingüe y muchos no han escuchado el canto en mapudungun, cuando canto a los niños les genera diferentes sensaciones, entre ellas una risa nerviosa. Pero después tienen una especie de catarsis, una racionalidad con otros espacios. Por ejemplo, después terminamos hablando de sus sueños, de sus pesadillas", cuenta el habitante de Alepue.
Por su parte, Ingrid Odgers, que también visitó el ex Liceo de Niñas, tuvo una muy positiva jornada junto a los estudiantes. "Fue magnífico. Siempre hay una cierta timidez, pero luego que se rompió el hielo los chicos preguntaron muchísimo, tanto así que el tiempo se nos hizo corto. Hubo mucho diálogo, pero lamentablemente lo cortaron porque tenían que volver a clases", finaliza la doble ganadora del Premio Novela de la Municipalidad de Concepción.
Lo trabajadores han vuelto a sus quehaceres. Caen gotas.