Recientemente el delegado presidencial realizó afirmaciones sobre la gestión que lo antecedió que carecen de verosimilitud y chocan con el espíritu de unidad que acompañó el proceso de creación de nuestra región. Hasta entonces, el proceso de instalación era ejemplar. No existía politización ni conflicto alguno y se habían dejado de lado las legítimas diferencias en torno a un objetivo común: El establecimiento de nuestra región de Ñuble. Diálogos ciudadanos con alcaldes, coordinación con ministerios y servicios públicos, inicio de procesos de línea base para el desarrollo de una estrategia de desarrollo, trabajo con el Consejo Nacional de Innovación para sentar las bases de una región modelo, en fin. Fueron muchas las acciones desarrolladas que permitieron un traspaso eficiente y transparente.
Mi experiencia, como subsecretario del Interior al momento de la creación de las regiones de Arica y Parinacota y Los Ríos, me permite afirmar que el trabajo de instalación es complejo, se requiere de habilidades especiales para convencer a los diferentes jefes de servicios y ministro(a)s para entregar recursos y poder a una nueva unidad administrativa. Ello implica una infinidad de reuniones y aprender a superar las barreras que los propios servicios pondrán para evitar su división y pérdida de poder. Requiere estar empoderado por la autoridad presidencial y ministerial para ser recibido y lograr el objetivo. Nadie dijo que sería fácil. Por ello, en la discusión legislativa aumentamos a un año el plazo para la instalación y consignamos que los gastos que erogue para los diversos servicios públicos serían cubiertos con la partida "tesoro público" que administra la Dirección de Presupuestos. Así, no faltarían recursos y ello no sería excusa para una correcta y oportuna instalación.
La primera etapa se cumplió con éxito, ahora es rol de las nuevas autoridades el materializar la instalación de manera eficiente y transparente. Desde la designación de nuevas autoridades para la nueva región, traslado de funcionarios, concursos públicos y hasta la construcción o arriendo de infraestructura adecuada para su funcionamiento. Hay un plazo para ello y es responsabilidad del delegado que se cumpla. Nosotros seremos colaboradores pero vigilantes para que el proceso se desarrolle de manera adecuada.
Por eso, más allá de sus erradas declaraciones, seguiré apoyando el proceso de instalación, porque entiendo que los procesos superan a las personas y una mala declaración individual no puede echar por tierra la implementación de un sueño de más de 20 años y el tremendo esfuerzo legislativo que nos permitió transformar el sueño de Ñuble Región en realidad. Es hora de hablar menos y hacer más e incorporar sólo dos operaciones aritméticas: Sumar y Multiplicar, olvidarnos de restar y dividir. Para eso estaré siempre disponible.
Saber vivir
Cuando llegamos a una edad madura, comenzamos a utilizar mucho más el retrovisor de la vida, con el fin de repasar muchas cosas que nos marcaron o que fueron fundamentales para nuestro tránsito. Las analizamos con la perspectiva de esa madurez y con lo que hemos aprendido en nuestro desarrollo vital. El hecho de hacerse mayor, lo va convirtiendo a uno en un verdadero pozo de sabiduría. Conocimiento aprendido a tropezones y a sonrisas, que va conformando nuestro bagaje definitivo que nos permite, justamente, hacer esos recuerdos y analizar nuestra forma de actuar. Practicar la autocrítica permanente, aunque sea con efecto retroactivo, pero autocrítica al fin.
¿Y para qué hacemos esto?. Entiendo que lo hacemos para vivir mejor, para corregir lo que hemos hecho mal, no volver a cometer los mismos errores, y para aconsejar a quienes nos suceden. Cuando uno llega a mayor debe dedicarle más tiempo a las cosas simples que lo hacen feliz. Es decir, buscar permanentemente la felicidad, entendiendo que no hay una sola felicidad, sino muchas, de diversos tamaños, que van construyendo aquella grande que nos acompañará hasta el final de nuestros días, ya sea con la sonrisa en los labios o la decepción en el entrecejo. Los amigos juegan un papel fundamental. Tener muchos amigos, conversar con ellos, intercambiar opiniones, sonreír en conjunto en forma libre y confiada. Beber con ellos, jugar, pasear, respirar la amistad sincera nos permitirá llevar una vida más plena y equilibrada. Es importante, en consecuencia, abandonar la soledad o "pactar con ella con dignidad", como dijo García Márquez.
Llegar a mayor sabiendo vivir, significa que se ha avanzado desbrozando la maleza y mirando siempre lo que es realmente importante. Asignarle valor a lo que realmente lo tiene y quitar lo superfluo a las prioridades elegidas. Es también necesario que, a medida que pasan los años, no perdamos nunca de vista la selección de metas, de objetivos nuevos. Es decir, mantener la ilusión y la esperanza de un mañana mejor. Pienso que el buscar nuevos horizontes, luminosos y bellos, significa que nos sentimos con la vitalidad suficiente como para alcanzarlos. Porque no se es viejo por los años que se tienen en el cuerpo, sino por nuestra actitud cotidiana.
El espíritu nos hace jóvenes. La sonrisa nos permite comprobar en el espejo de la vida cuán vivos estamos. Es bueno recordar para corregir, pero sin que nos tapen o quiten las ansias de alcanzar cada día una meta nueva y mejor.
Felipe Harboe Bascuñán, Senador de la República
Miguel Ángel San Martín Periodista.