La falta de agua para consumo de las personas obligó a que durante la temporada de verano la Onemi dispusiera de un suministro de agua potable para 50 mil familias en 45 comunas de las región, de las cuales más de 20 mil eran de Ñuble, zona que requirió el líquido elemento para la totalidad de sus 21 comunas. Ello, pese a que la temporada de precipitaciones del año 2017 fue una de las más importantes de los últimos 5 años.
De acuerdo al último informe proporcionado por la Dirección de Meteorología de Chile, y publicado en su sitio web, este 2018 la situación se observa mucho más compleja debido a una disminución en el nivel de precipitaciones en prácticamente todo el territorio nacional, lo que se suma al anuncio que este será un periodo invernal más seco para la Región del Bío Bío.
Concretamente, los registros meteorológicos indican que, a la fecha, en Chillán han caído 139,3 milímetros de agua, una cifra levemente inferior a los 168,4 mm. que se registraban en el mismo periodo del año pasado, pero que representa un déficit del 47% con respecto a un año normal, en que deberían precipitar 263,6 mm. La situación es todavía más preocupante para la zona centro norte, donde seis estaciones de monitoreo entre Arica y la Región Metropolitana registran a la fecha un cien por ciento de déficit (Arica, Iquique, Calama, Antofagasta, Pudahuel y Tobalaba), mientras que otras tres están entre un 95 y 97% bajo lo normal.
En 2016, año crítico en cuanto a escasez hídrica, la inversión destinada por la Onemi para suministrar agua a las 45 comunas superó los $7 mil millones, una cifra que podría incrementarse todavía más si no se adoptan medidas de contingencia a la brevedad para paliar al menos una nueva temporada extremadamente compleja, tanto para la agricultura como para la subsistencia familiar.
A la fecha, las señales son concretas y preocupantes. De mantenerse el bajo nivel de precipitaciones, la acumulación de nieve en la cordillera también será menor, lo que podría intensificar el déficit de agua para los principales caudales de la provincia, que a noviembre del año pasado concentraban un 15,8% menos que el nivel considerado normal. Así las cosas, la Seremi de Agricultura del Bío Bío debiera estar trabajando desde ya en estrategias para captar y aprovechar al máximo las escasas lluvias de la estación, algo que también debiera movilizar a las autoridades del gobierno para precaver escenarios de escasez de agua para la población.