Matías Troncoso Carrasco
La Federación Nacional de Remolacheros (Fenare), estima que para la próxima temporada se sembrarán entre 5 mil y 6 mil hectáreas de cultivo con remolacha azucarera en la zona de Ñuble, las que irán en su totalidad a la planta Cocharcas.
Será, además, el primer año tras el cierre de Iansa en Linares, con toda la bataola que esto ha generado. Así las cosas, los productores cercanos a Chillán y Los Ángeles (donde se emplaza la tercera infraestructura industrial) tendrán que cubrir cerca de un 80% de la demanda nacional (16 mil hectáreas el último año) con un escenario internacional de bajos precios.
De hecho, ya se ha adelantado que el precio a ofrecer por tonelada limpia para el 2019 será de US$ 4 menos que el año en curso. Lo ocurrido en la Séptima región (situación que desencadenó, directa e indirectamente, en la pérdida de la fuente laboral de unos 4.000 trabajadores), repercutirá, indudablemente, en territorio ñublensino.
Por ello, y en medio de algunos anuncios hechos por el Gobierno para atajar un descalabro en el rubro, las autoridades económicas y del agro, así como los propios productores de la zona, ya proyectan una temporada "difícil".
"La situación de la remolacha es un aviso de lo que pudiera suceder en Cocharcas y Los Ángeles en consideración al estado que tiene este cultivo a nivel nacional e internacional. Ya había un aviso importante hace algunos años cuando se cerró la Planta de Curicó", señaló el seremi de Agricultura de la Región del Biobío, Fernando Bórquez.
La autoridad regional del agro, explicó que tal panorama se da producto del "bajo consumo de azúcar a nivel mundial por una comida más saludable, lo que ha influido en una baja en el precio internacional, que en Chile, debido al nivel de apertura a los precios internacionales y a no tener una política de protección, ha llevado a un menor precio por la remolacha y una elevación de costos ocasionando una menor rentabilidad en un cultivo de alto riesgo".
2018-2019
Luego de lo sucedido en Linares, se ha hablado de la necesaria "reconversión" de los agricultores que entregaban remolacha a la procesadora. Pese a que muchos abandonarán el cultivo por ya no ser rentable, otros enviarán producción a Chillán y Los Ángeles, lo que originará mayor competencia si el poder de compra no aumenta en consonancia.
Según cifras entregadas por Iansa, en la temporada 2017-2018 se cultivaron 5.500 hectáreas en Ñuble, aproximadamente, con un promedio de 110 toneladas de remolacha azucarera limpias por hectárea, lo que dio un total de 600 mil toneladas.
Para el periodo venidero, en tanto, se proyectan 7.000 hectáreas; eso sí, se sumará lo que quede para procesar de la planta de la Región del Maule. "Es así como mantendremos nuestros esfuerzos orientados hacia la investigación y aplicación de tecnología de punta en la producción, que permitirán mejorar los rendimientos agrícolas con el objetivo de seguir haciendo de la remolacha un cultivo competitivo a nivel mundial.", señalaron desde la empresa.
Y para despejar dudas, agregaron que para la planta ubicada entre Chillán y San Carlos son optimistas "porque, además, debido a la mejora en los procesos productivos, pretendemos alcanzar mejores indicadores de producción de azúcar, lo que ayudará en el futuro a lograr mejoras relacionadas con la eficiencia de la planta".
Medidas
En los últimos días, el Gobierno ha anunciado algunas medidas paliativas ante la situación de miles de trabajadores -y cientos de agricultores- tras el cierre del recinto ubicado en Linares. El desenlace en Maule, indefectiblemente, lleva a prevenir futuros inconvenientes en Cocharcas y Los Ángeles.
"Vamos a seguir en constante alerta sobre el tema porque la situación ésta se da, exclusivamente, por los precios internacionales del azúcar. Ahora, nosotros creemos que, independiente de esta situación, de acuerdo a los antecedentes con los que hoy día contamos, existe una superficie de remolacha para la planta de Ñuble, y también para la de Los Ángeles, que va a seguir sembrándose, independiente de la baja del precio. Lo que vaya a pasar con la planta de Chillán yo no le veo mayor problema en un futuro cercano", indica Jorge Guzmán, presidente de la Fenare.
Sin embargo, el dirigente de los remolacheros advierto que todo "va a depender de los precios internacionales del azúcar, que se traducen, en definitiva, en los precios que puede ofrecer la industria a los agricultores. Estamos en una situación bastante compleja, dado el escenario mundial, pero tenemos el convencimiento y la esperanza de que esto se va a revertir pronto".
Por su parte, el seremi de Economía del Biobío, Mauricio Gutiérrez, hace hincapié en que "lo que pasa con la remolacha y el azúcar es lamentable porque pasa por episodios de precios mundiales que van a la baja y eso obliga al inversionista privada a ajustar sus costos". La autoridad de gobierno adelanta que "en teoría, el cierre de la planta Linares, que pertenece a la Región del Maule, indicaría que se generaría mayor producción en la planta Iansa de Cocharcas, para absorber lo que no se va a procesar en la primera".
Protección necesaria
La inestabilidad en la industria azucarera, ha abierto el debate en torno a la protección que entrega el Estado a cultivos clave dentro de la agricultura nacional, así como a áreas de producción que necesitarían mayor atención.
"La situación de la remolacha, como también la de otros rubros como la leche, el trigo, el maíz, tiene inestabilidad al no tener ninguna medida de protección como en otros países. La producción de leche está en un límite insostenible y ha llevado al cierre de muchas explotaciones, en uno de los mercados internacionales más fluctuantes, que se agrava en Chile por la concentración de los compradores y las altas importaciones de los últimos años. Los cultivos tradicionales han venido disminuyendo en forma sostenida. Es necesario evaluar opciones de protección dentro de lo que permiten los convenios internacionales", grafica el seremi Bórquez.
El diputado Frank Sauerbaum, miembro de la Comisión de Agricultura de la Cámara Baja, cree que "hay que anteponerse (en Ñuble) a lo que ocurrió en Linares, y que no nos pille de imprevisto y sin haber tomado decisiones, porque hoy día reconvertir a 200 agricultores que allí se dedicaban a la remolacha son palabras mayores; todos sabemos que no se van a demorar menos de tres o cuatro años en tener otro cultivo, por lo tanto hay que estar atentos".
En tanto, desde Iansa se comprometen a "seguir potenciando los rendimientos agrícolas de los remolacheros. En este sentido, entregaremos todo el apoyo técnico de Iansagro, con asesoría y asistencia agrícola en terreno, junto con estudios de investigación que permitirán que nuestros agricultores sigan mejorando sus rendimientos por hectárea".
"Existe una superficie para la planta de Ñuble, y también para la de Los Ángeles, que va a seguir sembrándose, independiente de la baja del precio (internacional del azúcar)". Jorge Guzmán Presidente Federación Nacional de Remolacheros"
Optimizar recursos y eficiencia productiva
Consultada por Crónica Chillán, la empresa Iansa se refirió directamente a la decisión de cerrar su planta en Linares y cómo esto se emparenta con el devenir del recinto ubicado en la Región de Ñuble, los trabajadores y agricultores de la zona. "Tenemos la convicción y la certeza de seguir avanzando en mejorar aún más los rendimientos por hectáreas y continuar aumentando la eficiencia relacionada con los indicadores industriales de ambas plantas, a través de una optimización de recursos, eficiencia productiva gracias a las inversiones realizadas en la planta de Chillán, además de campañas de procesamiento de remolacha más extensas que en otros periodos", explicaron.
La industria
Dos plantas
Tras el cierre de Linares, Iansa continuará su producción concentrándola en dos recintos: Cocharcas y Los Ángeles. En 2016, la empresa había cerrado el complejo de Curicó, aludiendo a optimizaciones técnicas y fluctuaciones del mercado regional de cultivos.
Declaración oficial Mediante un comunicado público, Iansa indicó que la decisión de cerrar la planta azucarera de Linares se sustentó en que la producción se concentrará "de forma definitiva" en las dos plantas restantes, ya que en el contexto actual "no es razonable seguir operando tres plantas".
Producción por zona Según datos entregados por la Federación Nacional de Remolacheros (Fenare) y por la propia compañía azucarera, la producción por planta ha sido, en general, similar. La última temporada, cada una procesó lo obtenido de cerca de 5.500 hectáreas de cultivo.