Las riquezas de Ñuble, tanto en materia agrícola, forestal, vitivinícola, pesquera, entre otras, constituyen distintas potencialidades de generar asociatividad entre los productores con miras a exportar productos y generar crecimiento económico y desarrollo para sus habitantes.
Hasta ahora, la capacidad exportadora de Ñuble se medía al alero de la Región del Bío Bío, y que hasta abril de este año totalizaban 490,9 millones de dólares, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Un sector especialmente relevante dentro del nuevo territorio es el frutícola, que entre enero y abril de este año sumó envíos por 95,2 millones de dólares FOB de fruta fresca, lo que significó un incremento del 100% con respecto a los volúmenes de la temporada 2017, mientras que la fruta procesada o congelada aumentó sus exportaciones en un 33%, llegado a US$60 millones FOB. Los arándanos fueron el producto más demandado de la región, seguido de las frambuesas congeladas. Y las proyecciones apuntan a que los volúmenes de las exportaciones de fruta fresca y congelada, principalmente de arándanos, cerezas, nueces y avellanos, cuatro especies que lideran la expansión de la superficie frutal en Ñuble, seguirán en alza.
Una realidad muy distinta vive el sector vitivinicultor, conformado principalmente por muchos productores pequeños, con estándares de calidad y procesos muy diferentes entre sí, y que en su gran mayoría no están asociados, ante lo cual es muy complejo que logren los volúmenes necesarios para poder exportar.
Un ejemplo de éxito en este sentido es Viñas Guarilihue, Sociedad por Acciones (SPA) de Coelemu, que gracias al aporte y asesoría que recibieron del Centro de Desarrollo de Negocios de Chillán conformaron la sociedad inicialmente con 20 microproductores viñateros. Unidos, optaron a aportes de Indap que les permitió abrir a fines de 2017 un centro de vinificación asociativo, dotado de moderna infraestructura. Ya han participado de giras comerciales destinadas a difundir las viñas patrimoniales del Valle del Itata y su misión es poder exportar con éxito hacia diferentes destinos.
En una visita que realizó esta semana, la embajadora y jefa de la Delegación de la Unión Europea en Chile, Stella Zervoudaki, instó a las pequeñas y medianas empresas de Ñuble a asociarse, participar de las ferias internacionales de exportadores y atreverse. Tan solo la Unión Europea posee un mercado de 500 millones de potenciales consumidores de productos de la agricultura orgánica, lo que sustenta la idea de trabajar en conjunto, con esfuerzos público-privados, para potenciar a Ñuble como potencia agroalimentaria.