De dulce y agraz tiene la vida de esta mujer de 77 años, actualmente viuda tras perder a su marido debido a un cáncer gástrico fulminante. Su particular historia se remonta a sus años de juventud, cuando enamorada decidió unirse junto a su esposo a un circo, lo que los llevó a recorrer Chile y otros países vecinos. "Somos todos de familia circense, yo trabajaba con mi esposo, los primeros años el hacía bicicleta y yo hacía piruetas encima de él, siempre juntos. Después yo me dediqué a adiestrar animalitos, pero pequeños como Perritos y Chivos", señaló al ser consultada por su antigua ocupación.
La "Vieja de los Chivos", como contó entre risas la llamaban los niños que iban al circo, tuvo nueve hijos de sus matrimonio, de los cuales se encuentran vivos seis, todos ellos también circenses en alguna época de sus vidas. Hasta la fecha, cuatro de ellos y algunos de sus nietos siguen haciendo de las suyas en los espectáculos y recorriendo la angosta franja.
La vida en una micro
Muchos son los casos sociales que llegan hasta Serviu Ñuble todos los días, cada uno muy distinto del otro y especial en cierta medida. Pero ninguno como el de Emperatriz, quien con todos los achaques que conlleva la edad, tuvo que soportar vivir parte de su vida dentro de un microbús, ahora estacionado en el patio de su futura casa en la localidad de Rucapequén. "Yo cuando estaba en el circo vivía en este bus, con mis hijos, después con mi nietos y cuando lo dejaron de ocupar volvió a mis manos. Luego falleció mi marido y yo me quedé aquí, sola viviendo dentro de él. Aquí (señalando el ex medio de transporte) yo tenía mi pieza, mi cocina y como no tenía agua dentro, ocupaba un receptáculo. Cuando uno no tiene donde vivir, uno se acostumbra al frío, a la lluvia", señaló emocionada. Actualmente el circo donde está su familia se encuentra en la ciudad de Cabrero, a una hora de Rucapequén, por lo que tomó la decisión de volver hasta allá lo que dure la temporada y disfrutar en familia.
Hace algunos meses la vida le jugó una mala pasada y sufrió un infarto, en donde el médico le dijo que después de lo que le había tocado vivir, debía ser una agradecida, porque las expectativas no eran del todo alentadoras. Hoy en día la señora Emperatriz luce enérgica y saludable, con todas sus ansias de que la vivienda que hoy Serviu está pronta a entregar sea inaugurada lo antes posible.
El comienzo de una nueva vida
Luego de realizar todos los trámites necesarios y de encontrarse dentro del 40 % más vulnerable de la población, en el año 2017 se vio beneficiada con el Subsidio de Habitabilidad Rural DS 10, lo que le permitiría la construcción de una vivienda nueva en un terreno de su propiedad. Actualmente su nuevo hogar se encuentra terminado, a la espera de las recepciones correspondientes para ser entregado. La casa posee una superficie de 76,06 metros cuadrados y cuenta con ramplas de acceso, dos dormitorios, cocina, living comedor, todo muy bien adaptado para su condición de movilidad reducida.
Cuando el jefe de Departamento del Serviu Ñuble, Enrique Rivas llegó para conocer su caso, la señora Emperatriz se lució muy orgullosa de invitarlo a pasar y mostrarle una por una las inmediaciones de su linda casa. "Mi esposo desde arriba debe estar feliz, porque él lo único que quería es que yo estuviera bien y cómoda. Lamentablemente su enfermedad no le permitió acompañarme, pero lo que hoy estoy viendo aquí es una felicidad inmensa por esta casa tan bonita. Estoy agradecida de ustedes y de dios. Todas las noches le pido salud para poder aprovechar y disfrutar mi casita, así que si lo permite, aquí me voy a quedar", terminó relatando.