Las condiciones en que llegamos a fin de año dan cuenta del itinerario, vivencias y exigencias de las responsabilidades y compromisos asumidos en un año de escuela y de trabajo. Para los estudiantes la fatiga pedagógica hace lo suyo en niños y jóvenes que deben responder a las exigencias del proceso escolar, en donde se pone a prueba recursos socio-emocionales en formación, y que en algunos casos es necesario atender en forma responsable y profesional.
Cierres de año escolar, adecuaciones curriculares en diferentes ámbitos, alumnos con NEE que ya han cumplido su desempeño para un año lectivo, planificaciones flexibles son estrategias que podrían ser consideradas a la hora de tomar decisiones inclusivas y exclusivas, centradas en las necesidades y en directo beneficio de cada estudiante.
Durante el último trimestre aumentan las dificultades conductuales, bajan los niveles de atención y concentración, la motivación desciende y en algunos casos más extremos aparece el stress infantil y juvenil, y para el caso de los adultos el stress sostenido y la fatiga, comienzan a instalarse como síntomas y signos permanentes, que pueden provocar una baja en la asertividad social y aumento de la irritabilidad, entre otros desajustes o trastornos.
Atender estas situaciones vulnerables también puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje, el manejo del stress, trabajar bajo presión, mantener el desempeño óptimo, son condiciones que nos interpelan y exigen autoconocimiento personal, a reconocer cuáles son los límites de desempeño de mi organismo, aprender a identificar las señales de stress y cansancio, reorganizar la rutina dejando espacios para el descanso y no atiborrarlas de actividades que atentan contra la salud física y emocional. Priorizar el quehacer de fin de año, intencionar espacios de gratificación centrados en los logros obtenidos. Promover la reflexión y el encuentro junto a los amigos y la familia a propósito de las fiestas de fin de año.
En la medida que nosotros los adultos aprendamos a ocupar estrategias de afrontamiento frente a las exigencias del medio, podremos enseñar con propiedad a los hijos y estudiantes en formación.
Vivian Valdés Olmos, Psicóloga Educacional
Colegio Seminario PH. Obispado de Chillán.