Crónica Chillán
Esfuerzo, superación y ganas de salir adelante son elementos que se conjugan en toda mujer que busca una oportunidad, ya sea de manera independiente o con la necesidad de insertarse en el mercado laboral.
Este es el denominador común de 80 mujeres de Quillón que le han querido ganar a la vida y que hoy ya están capacitadas para desarrollarse, tanto en el ámbito laboral como en sus propios emprendimientos, todo de la mano del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, en colaboración con la Oficina de Desarrollo Económico Local (Odel) de la Municipalidad de Quillón.
"Como municipio estamos muy contentos con el convenio que se ha desarrollado con el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, dado que hemos logrado entregarles las herramientas necesarias para que las mujeres puedan emprender en los más diversos rubros que tenemos en Quillón y también insertarse en el mercado laboral. Nuestra labor es crear oportunidades y dar el empujoncito que falta para compensar el esfuerzo de cada una de ellas", indicó Osvaldo Alcayaga, jefe de la Odel quillonina.
Precisamente, es el programa Jefas de Hogar, desarrollado en la comuna desde 2008, el que ha permitido a un nuevo grupo de mujeres transformarse en el puntal de sus familias y cumplir sus sueños. Esta iniciativa tiene como componente de apoyo talleres de formación para el trabajo en distintos rubros, capital semilla y derivación de emprendedoras a los distintos fondos concursables.
El objetivo final es preparar a las mujeres en la búsqueda de empleo efectivo y potenciar la iniciativas independientes.
"Muchas de ellas son mujeres que solas han tenido que sacar adelante a sus familias y que pueden contar con herramientas que se las da el Gobierno para poder sostenerse económicamente. Me sorprende gratamente que haya más mujeres emprendedoras en la Región de Ñuble y que de esta forma también se diga 'basta' a la violencia, que también puede ser económica", señaló la seremi de la Mujer y Equidad de Género de Ñuble, Bárbara Henning.
Superación
Mireya Guerrero vive hace algunos años en Quillón, donde llegó luego de haber vivido buena parte de su vida en Arica. Allí aprendió a hacer yoguis, palitos de brocheta con pollo, camarón, jamón y queso; envueltos en una delgada masa frita.
Su elaboración partió como un hobbie para deleitar a su familia. No obstante, la detección de un cáncer la obligó a transformarlo en una importante fuente de ingresos.
"En Arica los yoguis se hacen masivamente, pero aquí no se veían. Quise aportar al pueblo con esto que es muy rico y a la vez a mí misma como emprendimiento. He tenido muy buena aceptación y la gente los encuentra deliciosos", comentó la dueña de Yoguis La Ariqueñita. Su trabajo la ayudado a enfrentar de mejor forma su enfermedad, desviando sus preocupaciones. Todos los días se instala con su carro en avenida Cayumanqui, en las afueras de Conisol, pero también es de las emprendedoras más solicitadas en ferias y eventos masivos.
Otra beneficiada con Jefas de Hogar fue María Angélica Campos, quien se transformó en su propia sicóloga gracias a su empresa de instalaciones eléctricas. Cuando niña se electrocutó al punto de manifestar una fobia a la electricidad. Sin embargo, su necesidad de salir adelante le dio el coraje para, en primera instancia, usar el programa del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género para capacitarse en instalaciones y posteriormente crear su propio emprendimiento.
"Cuando tenía 9 años me quemé las dos manos con la corriente. Después tenía miedo hasta de conectar un secador de pelo. Ya de grande necesitaba trabajar y me metí en el curso de electricidad, también para quitarme el miedo. De primera, fue complicado trabajar en esto, porque hay mucho machismo, pero perseveré y no dejé que los demás me frustraran", indicó la electricista.
María Angélica actualmente está a cargo de la instalación eléctrica en un proyecto de ampliaciones de Villa El Refugio, donde se codea es su mayoría con hombres, quienes la respetan y ayudan con su trabajo.
Sin duda, son muchos los ejemplos de superación y triunfo sobre la adversidad. La igualdad de derechos nace de la equidad entre los géneros, permitiendo que todos tengan las mismas oportunidades, sin más o menos ventajas. Sólo así se puede terminar con la violencia y la desigualdad que hasta hoy impera en la sociedad chilena.