Hace unos días, el Círculo Italiano de Chillán, compuesto por alrededor de 50 miembros, cuya institución tiene ya una trayectoria de 70 años, concluyó uno de sus más emblemáticos proyectos: el publicar un libro que diera cuenta de la historia de la institución y de las familias de inmigrantes de sus ancestros, titulado: Presencia Italiana en Chillán. Cincuenta historias de familia. La investigación fue encomendada a quien escribe esta columna, publicación realizada bajo las Ediciones ICD. Quiero destacar el objetivo trascendente de la colonia italiana, al reconocerse como un patrimonio inmaterial y decidir por tanto rescatarlo, antes que éste se perdiera totalmente al ir desapareciendo los inmigrantes italianos en estas familias, quedando a la fecha sólo una residente en la ciudad de Chillán, natural de Italia, la señora Andreina Costa viuda de Romaggi.
La historia de Chillán está fuertemente ligada a sus colonias extranjeras, quienes no obstante, de constituir menos de un 1% de la población urbana en la ciudad, desde 1880 a 1950, fueron agentes de innovación en el comercio y la industria local. Los inmigrantes, además de ser desarrolladores de la economía ñublensina, fueron aportadores en lo social y cultural, de iniciativas tales como: las compañías de bomberos, los socorros mutuos, instituciones societarias, aportes a la educación, etc. ¿Qué sería de Chillán sin las colonias de franceses, alemanes, españoles, árabes (sirios, palestinos, libaneses) e italianos?.
Cada colonia extranjera amerita una investigación, todas ellas, ya cuentan con más de un siglo de asentamiento en Ñuble, y constituyen parte de la región. Es su patrimonio material, compuesto por documentos y fotografías, los que está a riesgo de perderse en su conjunto y el patrimonio inmaterial de sus relatos de migración que, de generación en generación se van diluyendo un poco cada día y sus tradiciones menguando también, pues las nuevas generaciones tienen un sinfín de intereses diversos y ya no participan de los centros de las colonias como las generaciones de sus padres abuelos. Es por ello, que como historiadora, observo con preocupación esta posible pérdida de patrimonio material e inmaterial en las colonias en Ñuble. En el caso de la colonia italiana, recopilamos digitalmente, alrededor de 1.000 fotografías y algunas decenas de documentos que hoy constituyen un material histórico valioso en su conjunto, como para resguardar, en un futuro Archivo Histórico de la región. A ello se suma el libro con sus 308 páginas, todo en su conjunto, serán piezas útiles de consulta y estudio para las futuras generaciones.
Podemos concluir que, tenemos la satisfacción del trabajo bien hecho, destacando la edición y diseño de esta obra, el que nos parece se encuentra en perfecta armonía con el texto. Existe una dirección artística muy bien cuidada, una elección de gráfica y colores muy a doc al tema, otorgándole frescura visualmente. La portada está limpia, sobria y elegante. Todo el conjunto es un acierto. Mis felicitaciones y agradecimientos a Jorge Díaz, editor, Rodrigo Rojas, diseñador y una vez más, al Círculo Italiano por la visión que tuvieron de realizar este rescate patrimonial para la colonia italiana y la historiografía de Ñuble y del país.
Alicia Romero Historiadora y escritora