Animales e idioma
En Ñuble, el mapa nutricional dado a conocer por Junaeb el año 2016 reveló que los alumnos de kínder tienen la mayor prevalencia de sufrir por exceso de peso, con un 54% de los escolares. ¿Acaso olvidan que en Chile siempre se ha empleado la zoolalia, que consiste en aplicar al habla coloquial lo concerniente al mundo animal?
Bordea lo ridículo la iniciativa de la organización "Personas por el trato ético a los animales" -PETA- de no usar más metáforas que causen sufrimiento a diferentes especies. Según ellos, no hay que emplear expresiones populares como: "Matar dos pájaros de un tiro", "Ser conejillo de indias" o "Agarrar el toro por los cuernos".
Como la tontería humana se propaga con mayor rapidez que la inteligencia, por ahí apareció un vecino que demandó a alguien que dijo: "No se puede enseñar trucos nuevos a un perro viejo". ¿Cuál es el origen de esta propuesta? ¿Acaso el Sindicato de Animales Chilenos se quejó por vulneración de su imagen o supuesto dolor emocional? He tratado de conversar con diferentes pájaros y conejos. También lo hice con un toro e interrogué a un perro. Ninguno me respondió. Sólo escuché algunos cánticos, bufidos y algunos ladridos.
¿No se les estará pasando la mano a los autodenominados animalistas? ¿Acaso olvidaron que en Chile y el mundo siempre se ha empleado la zoolalia, que consiste en aplicar al habla coloquial todo lo concerniente al mundo animal?
Si le hiciéramos caso a PETA, nadie podría utilizar más expresiones como: "Está mal pelado el chancho", para denunciar inequidades; "Hay que matar el chuncho", a fin de superar períodos malos. Tampoco se podría decir "saltó la liebre" cuando se obtiene algo. La confederación de liebres de Chile podría demandar. Y menos, tratar de "burro" a los tontos, porque los rebuznos de queja se escucharían a muchos kilómetros de distancia. De ningún alcohólico se podría decir que "toma aperrado". Y si uno viera a alguien con mucho apetito, jamás debería afirmar: "Come como chancho". A los que duermen poco, nadie les podría decir "lechuzas". Los usuarios del lenguaje cotidiano deberán cuidarse mucho antes de tratar de "gallinas" a los que muestran debilidades y de "vacas" a los tontos porfiados. De acuerdo al planteamiento que comentamos, Cervantes jamás habría podido emplear: "Deja que los perros ladren, Sancho" ni "Cada oveja con su pareja".
La propuesta debe ser un chiste de mal gusto. Tal como lo dijo en Crónica Chillán el profesor Carlos René Ibacache, miembro de la Academia Chilena de la Lengua, la zoolalia nunca estará en crisis. Es parte del habla nacional, desde los tiempos coloniales hasta nuestros días. No ofenderá a ningún animal. Sólo a los tontos graves. Y, como sucede siempre con el lenguaje, dependerá de la intención y el momento en que se emplee. Escrita esta columna, me voy a descansar, porque ando "más flojo que un gato de chalet". No hablaré con nadie, a fin de no hacerlo "como loro". Una de mis frases populares preferidas es: "Cría cuervos y verás cómo te comen los ojos". Los cuervos no se ofenden, y además es cierto.
Raúl Rojas, Periodista y Académico.