La singularidad del hecho, me ha permitido pensar que ésta es una realización literaria que demostró ser oportuna y necesaria, motivo que impulsó a la directiva nacional de la Sociedad de Escritores con residencia en Santiago, a firmar un convenio que permitiera la dictación de un curso, que con su autorización concretáramos esta iniciativa.
Tal compromiso se firmó y se hizo. Santiago nominó a uno de los suyos, al escritor David Hevia, para que asumiera la responsabilidad docente del curso y el profesor y director de la Escuela de Cultura Artística, don Juan Pablo Garrido asumió la responsabilidad de facilitar la sala de clases.
El escritor David Hevia, con amplia experiencia docente, viajaba desde Santiago a dictar su curso en cada domingo, compromiso que realizó durante 18 domingos, completando un semestre, que incluyó 18 domingos, terminando el domingo 3 de mayo, con la entrega ese día de los diplomas a los 28 escritores que participaron. Con tal tarea, la filial Ñuble de la Sociedad de Escritores de Chile se propuso dotar a estas personas que escriben, de las herramientas teóricas y prácticas para elevar la calidad de sus trabajos, cumpliendo de ese modo, con los objetivos propuestos.
En la tarde del 3 de mayo, en el Teatro Municipal de Chillán, en un acto solemne celebrado en la sala "Claudio Arrau" fueron entregados los 28 diplomas, con el siguiente programa:
Introducción. Número musical con Jaime Díaz y Mercedes Sandoval.
Palabras del Presidente de la filial Ñuble, Luis Contreras Jara.
Clase Magistral del intelectual David Hevia: "El papel de las Artes en la Educación".
Palabras de agradecimiento de la representante de los estudiantes Carmen Serrano. Entrega de diplomas
En el acto también hubo reconocimiento de los alumnos a los profesores que estuvieron a cargo del curso: David Hevia y Luis Contreras. En tanto, la filial Ñuble galardonó al profesor Hevia, con una medalla por su desinteresada y valiosa labor en manos del presidente Luis Contreras.
Finalmente, integrantes de la filial y los alumnos compartieron una cena en el Centro Español de Chillán.
Por carlos René Ibacache I. Miembro Correspondiente por
Chillán de la Academia Chilena de la Lengua.