El Presidente Piñera anunció hace unos días un plan de acción y trabajo para enfrentar la escasez hídrica y sequía que afecta al país durante los últimos 10 años. Este plan de trabajo tiene medidas de corto, mediano y largo plazo, destacando: Establecimiento de Decreto de Escasez Hídrica en 56 comunas y Decreto de Emergencia Agrícola en 111 comunas, para ir en ayuda de las familias afectadas en cinco regiones del país. Considera también un Plan de inversiones con más de US$5 mil millones para el abastecimiento de agua, obras en infraestructura hídrica con un programa de 26 embalses en el país. También un impulso al aumento de hectáreas regadas con riego tecnificado, que ocupa menos de la mitad de agua que el riego no tecnificado.
Parte de esta estrategia tendrá que considerar de mi punto de vista una reevaluación del modelo de negocios que hoy pretende financiar proyectos como el Embalse Punilla, ligados a la generación eléctrica y que hoy no pasa por un buen momento, considerando que por Mega Watt hoy se está pagando US$ 42 , y hace 4 años -cuando se licitó el emblemático proyecto de Ñuble- se pagaban entre 100 y 120 dólares el MW. Por otro lado, existe el DFL 1.123-1981, que establece Normas sobre Ejecución de Obras de Riego por estado. Este permite construir obras de riego con fondos fiscales, reglamentado por el DS N° 285-1995. Esta norma se encuentra vigente, por ser DFL puede ser actualizado y mejorado con nuevas exigencias en breve plazo por el Presidente de la República, como también su reglamento.
Entonces, el Estado podría, en vez de concesionar, continuar con la construcción del muro y los canales matrices complementarios, terminando el ciclo de construcción del embalse, traspasando a los usuarios (Junta de Vigilancia) su administración. Se les podría exigir a los beneficiarios, mediante convenios o escrituras con mérito ejecutivo, que deben aprobar la construcción del embalse y estar dispuestos a pagar en 25 o 30 años el valor de la obra, según el tramo que les corresponda, con la certeza jurídica que tiene el pago de las contribuciones de bienes raíces y cuadrar la producción agrícola con el periodo de pago. Con esta certeza, el subsidio y el propio embalse como garantía de crédito, el Estado puede solicitar préstamos a bancos nacionales o internacionales para su financiamiento. El aporte sería similar al modelo de Concesión, además se lograría a corto plazo los beneficios del desarrollo de la zona rural agrícola, absorción de mano de obra, incrementos considerables en los impuestos de IVA, renta, contribuciones, bienestar a la zona, entre otros. Sobre todo retener agua que se vierte en el mar en periodos de lluvias para solucionar la escasez hídrica que llegó para quedarse. Solo para dar un ejemplo, el 80% del agua del río Ñuble va a caer al mar sin ser aprovechada.
Frank Sauerbaum Diputado por Ñuble. Ingeniero Comercial-MBA.