Nuestros propios onces
Señor Director:Al igual que Chile, cada uno de nosotros tenemos en nuestras vidas fechas un tanto complicadas, que no son gratas, que quisiéramos olvidar, algo así como borrón y cuenta nueva. Pero las experiencias de generaciones en generaciones nos han mostrado que tenemos que ser capaces de convivir con los temas difíciles, a pesar que pasan tiempos que no los recordamos, pero basta una imagen, una palabra, cualquier pequeño detalle para que los tengamos de nuevo a nuestro alrededor. Una buena terapia muy usada es hablar de ellos con sabiduría, intentando sobrellevarlos.
Son nuestros propios onces de septiembre, muy personales. El dicho dice: "el tiempo ayuda a curar las heridas", a verlos de mejor manera, a respirar con ellos, no por ellos. Cada uno con fuerza y entereza siempre encontrará el camino adecuado para intentar superarlos, no olvidarlos, porque aunque no queramos, forman parte de la vida que nos tocó vivir. Todos tenemos nuestros propios onces de septiembre, muy personales.
Luis Enrique Soler Milla.
Tribunal Constitucional
Señor Director:El presidente de la Cámara de Diputados, Iván Flores (DC), increpó al gobierno señalando que "todo lo que no le gusta lo manda al Tribunal Constitucional". Tal parece ser que el diputado padece de amnesia, debido a que ha olvidado que el Tribunal Constitucional se encuentra regulado en nuestra Constitución y posee facultades delimitadas en su accionar. No se recurre a él porque sencillamente algo no le guste al ejecutivo, aquello sería un mero capricho o arbitrariedad y el Estado de Derecho no funciona así.
Resulta paradojal que el presidente de la Cámara baja del país tenga el juicio de un adolescente respecto del órgano encargado de custodiar nuestra Constitución. Es de esperar que analicemos las instituciones con altura de miras, crítica y reflexivamente.
José Luis Trevia.
Reducción responsable
Señor Director: El debate de las 40 horas ha optado por esquivar aspectos esenciales del funcionamiento económico. Camila Vallejo lo expresó el día viernes con todas sus letras y sin eufemismos: "El tema económico" nunca ha sido un argumento para trabar una iniciativa de esta envergadura.
Con estas palabras, la parlamentaria hizo caso omiso a las advertencias de diferentes expertos y políticos de diversos sectores que han expuesto su preocupación y rechazo a la moción de reducir la jornada laboral en forma rígida y sin gradualidad. Entre estos, ex Ministros de Hacienda, destacados economistas, el mismísimo Presidente del Banco Central, dirigentes sindicales como un ex Presidente de la CUT, gremios de Pymes, entre otros, quienes han manifestado las graves implicancias económicas que podría significar aprobar esta iniciativa para todos los chilenos.
Sin embargo, los promotores de la iniciativa, se han aferrado a mostrar un proyecto que aparenta ser simple y positivo, sin querer detenerse en los nocivos efectos en la economía y directamente en los salarios. Es por esto que, en vista de la irresponsabilidad de algunos parlamentarios, el llamado a los ciudadanos es a informarse. Todos queremos trabajar menos horas, pero con mismo o mejor salario, y más oportunidades de empleos. No querremos ser parte de aquellos que apoyaron una iniciativa que conlleve a un desastre económico.
Miguel Ángel Rioseco.
Constitucionalidad
Señor Director: En la discusión sobre la constitucionalidad del proyecto que disminuye a 40 horas semanales la jornada laboral, sorprende que algunos diputados y senadores sostengan que la moción parlamentaria que impulsa el proyecto debe ser de exclusiva iniciativa del Presidente de la República, es decir deba ser presentado por mensaje presidencial, y por consiguiente estimen inconstitucional dicha propuesta, anunciando que recurrirán al Tribunal Constitucional. En efecto, la iniciativa exclusiva del Presidente de la República para regular determinadas materias de ley no puede ser interpretada de manera extensiva, si así fuera, precisamente se estaría afectando la separación de poderes o funciones públicas, por cuanto la función legislativa recae primordialmente en el Congreso Nacional y el constituyente cuando establece lo contrario, lo señala expresamente, esto es en términos explícitos e inequívocos. Así ocurre con la fijación de las remuneraciones de los trabajadores, según lo dispone la constitución en el numeral 4° del artículo 65, reservando el impulso legislativo a la primera magistratura, pero nada señala la carta política en relación a la iniciativa de ley presidencial en materia de horas de la jornada laboral.
Desde luego la reducción de las horas de trabajo tendrá efectos económicos, sociales y culturales, pero de ahí a argumentar que su iniciativa parlamentaria es inconstitucional, definitivamente implica desconocer el Estado de derecho y la constitución.
Emilio Oñate Vera. Decano Derecho y Humanidades, U.Central.