Chofer de Línea 4 salvó la vida de joven con ataque epiléptico
ALTRUISMO. En segundos ofreció primeros auxilios y la micro la convirtió en ambulancia junto a su compañero.
Los héroes existen más allá de los cómics y las máscaras. Uno de ellos vive en Río Viejo, se llama Marcelo Sepúlveda y conduce la micro número 7 de la línea 4 en Chillán. Su identidad fue revelada en las redes sociales, cuando el video de las cámaras de seguridad traspasó la frontera de la sede de la línea 4 y llegó hasta las distintas plataformas.
Carlos Villegas, compañero de ruta de Sepúlveda, relató el contexto. "Un joven se subió a la máquina y al rato le da un ataque epiléptico. Marcelo enseguida paró la micro, agarró al muchacho, lo acostó en el piso y le dio primeros auxilios, de una le dio reanimación".
Cada una de estas acciones son validadas por el material audiovisual, donde se observa las indicaciones que da Sepúlveda a los usuarios del transporte público.
Villegas agregó que "después que lo acostamos en el piso y se bajaron los pasajeros, yo le puse un chaleco, para que no se golpeara la cabeza, y lo acompañé hasta que llegamos al hospital".
Sepúlveda, nuestro "héroe", optó por el anonimato de sus palabras, prefirió la opción del proverbio: "No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha".
Pero Manuel Sandoval, presidente de la Asociación de Transporte de la Línea 4 de Chillán, no dudó para describir a Sepúlveda. "Es nuestro empleado, trabaja desde hace varios años con nosotros, es muy buen muchacho, siempre se ha preocupado, trabajó en el norte con buses grandes".
El presidente de la línea de transporte reconoció, a partir del video, "que este niño tiene la práctica de lo que hizo para hacer volver al muchacho, porque a él no le importó nada, dejó la máquina, le hizo la reanimación y bajó a los pasajeros. Duró 5 minutos en llegar al hospital, en una ruta que se hace en 15".
En segundos Sepúlveda se cambió su traje de chofer de micro y activó el sentido de la supervivencia hacia la vida del prójimo, la micro la convirtió en ambulancia, y a él casi en un paramédico. Mientras conducía, activó luces intermitentes, apretaba la bocina para alertar que dentro de la unidad iba una emergencia y además hacia llamadas telefónicas propias del momento.
Leonel Jara es uno de los tantos compañeros de trabajo en la Línea 4 y ante la magnitud del evento, expresó: "Yo me sacó el sombrero ante Marcelo, él actuó como todo un héroe, supo cómo reaccionar ante una emergencia".
Carlos Cabeza, chofer de transporte, agregó: "aquí, hemos recibido cursos de primeros auxilios y contra incendios". Esto lo expresó mientras que el resto de los compañeros se preguntaban, en la sede de la línea, "¿ya viste el video, viste lo que hizo Marcelo?".
Del joven, se conoció que vive en Puente Ñuble y que a pesar de su condición de salud (paciente epiléptico) viajaba sin compañía. Ante las acciones del chofer, Jaime Andrade Muñoz, en su condición de "padre agradecido", emitió una carta dirigida a los conductores de la línea 4. "Doy mis sinceros agradecimientos a su buena voluntad de atender a mi hijo el día domingo cuando presentó un ataque de epilepsia estando de pasajero(...) El conductor, sin ser su obligación, lo llevó al hospital de Chillán para que pudiera recuperarse, y eso habla muy bien de él".