En las primeras dos jornadas de esta semana, el valor de la divisa norteamericana se situó por sobre sus máximos históricos; primero, el lunes, al quedar en $761, un precio del dólar que no se veía desde el año 2002 en plena crisis mundial y en especial latinoamericana que dejó a Chile con efectos negativos en el consumo, la inversión y la ocupación, y luego este martes con una nueva tendencia alcista que amenazaba con superar la barrera de los $800. El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, reconoció este fenómeno de la economía como "una señal de inquietud" debido al impacto que esto traerá consigo en los precios, en la inflación y en toda la cartera de bienes que consumimos, sostuvo.
En efecto, se espera que una nueva alza en el valor de los combustibles sea la primera señal que se observe en el mercado local, ya que los productos importados tardarían más tiempo en reflejar un alza en sus precios, pero eso sería inminente. La explicación está en la inestabilidad que se mantiene a nivel externo producto de la guerra comercial entre China y Estados Unidos que no logra acuerdos importantes que vislumbren una solución a futuro, sumado a los efectos internos, con una crisis social que tendrá impactos en el crecimiento económico del país y una discusión en torno a una nueva Constitución Política que suma un nuevo factor de "incertidumbre" para la inversión. Hasta ahora, el Banco Central ha expresado su voluntad de intervenir ante "situaciones anómalas", no obstante esto debiera clarificarse en los próximos días.
Por su parte, el Gobierno ha logrado un acuerdo importante para la aprobación del Presupuesto 2020 en base a varios ejes: recaudación progresiva para financiar la Agenda Social, pro adultos mayores, pro Pymes, pro emprendimiento, y pro crecimiento económico. Sólo la Reforma Tributaria permitiría la recaudación de US $2 mil millones. De esta manera, el Ejecutivo apuntará a contener los efectos a corto y mediano plazo de esta crisis y paralización de sectores productivos que ha dejado como principal consecuencia una reducción en las expectativas de crecimiento país a un 2%, priorizando por ejemplo un impuesto al patrimonio inmobiliario con un avalúo fiscal superior a $400 millones. Paralelamente, se ha anunciado que el Gobierno prepara un tercer plan de medidas y proyectos (junto a la Agenda Social y Agenda de Seguridad), denominado "Agenda Antiabusos", que apuntará a una regulación mucho más estricta en temas de probidad, estableciendo penas más altas para los delitos "de cuello y corbata". En suma, el Gobierno ha concretado una de las agendas sociales más ambiciosas de los últimos años, y que toma elementos de las demandas surgidas de la propia ciudadanía. Ahora es el turno de los chilenos de volver a pensar en la construcción de un Chile menos desigual con sentido de urgencia.