Tatiana Aular Aguirre
Cerrar un ciclo e iniciar otro después de 91 años puede ser un camino de incertidumbre o aventura para muchos, pero para la comunidad de la Escuela Los Héroes es un momento de oportunidad, puesto que ante la eminente fusión de este establecimiento con el Grupo Escolar y el Liceo Narciso Tondreau esperan demostrar que un proyecto educativo con sello comunal puede estar al alcance de muchos más estudiantes. Con emoción contenida, agradecen al espacio físico que albergó por varios años los sueños y la formación de alumnos, con docentes que más allá de cumplir una vocación profesional, tuvieron un compromiso humano.
Verónica Palacios, directora de la Escuela Los Héroes, manifestó durante la última muestra y premiación de talleres de este establecimiento educativo -referencia de inclusión en Chillán- que "el fin mayor son los niños, lo que ha demandado que esto llegue a buen fin. Tenemos muchas esperanzas, nosotros nos enfrentamos ante una situación de sentimientos encontrados, porque esta es una escuela que es atípica en la comuna, aquí se desarrollan todas las potencialidades de los alumnos", dijo.
Reiteró una vez más que "hemos tomado muy en serio la palabra educación, que significa sacar de adentro, no echar adentro".
Una muestra que el ejemplo empieza por casa, es la docente y apoderada Natali Polanco, quien lleva 3 años ejerciendo en el establecimiento. "Es demasiado amplio para distintos tipos de niños, yo tenía a mi hijo en un colegio particular pagado y lo traje para acá, porque aquí considero que se hace un mayor esfuerzo para que se destaquen las habilidades deportivas, artísticas, en todo sentido. Son niños capaces de hacer lo que ellos quieran, son súper felices".
A esta consideración se unió Marcela Letelier, apoderada de un niño con síndrome de asperger. "El colegio me ha servido mucho, él viene contento, se siente feliz, socializa con sus compañeros y ha evolucionado muy bien. En cuanto al cambio del espacio físico, él está emocionado porque va con sus amigos y profesores, hasta ahora se siente bien", cuenta.
Catalina Gutiérrez es estudiante de octavo grado. Este año migrará a un colegio distintos, pero manifestó que "lo más bonito que tiene mi colegio, es la humildad y lo unidos que somos".
Mientras que Catalina Urrea, premiada por su labor en fotografía, llegó al prekínder y ahora continuará hasta el Liceo Narciso Tondreau. "Hoy me llevo muchos recursos, me llevó muchas cosas, los momentos que pasé con mis compañeros, he aprendido a ver a través de la fotografía de una manera distinta".
"Las Catalinas", al igual que 184 alumnos, se alimentaron gracias a las manos de Keyla Quezada, quien expresó: "me encanta la integración que tienen con los niños especiales, esperamos que con la fusión sigamos igual, que vengan siempre a la cocina a visitarnos y a abrazarnos", reflexionó.
"Es demasiado amplio, para distintos tipos de niños, yo tenía a mi hijo en un colegio particular pagado y lo traje para acá"
Natali Polanco, Docente- Apoderada
"Hoy me llevo muchos recursos, me llevó muchas cosas, los momentos que pasé con mis compañeros"
Catalina Urrea, Estudiante