A un 75% bajó la asistencia de los chillanejos en el inicio de las actividades ramaderas de este año. El porcentaje con respecto a periodos anteriores marca una diferencia importante, según los locatarios.
Los motivos que originaron este malestar, según lo expresado por algunos comerciantes, se debe principalmente a la lejanía del recinto ubicado en la salida norte de Chillán, kilómetro 2, junto al baipás.
Si bien valoran la labor realizada por el municipio, pues hasta el momento se han cumplido con lo prometido por el alcalde de la comuna, los organizadores del evento han manifestado que las bajas se deben fundamentalmente a un tema de aislamiento.
"Nos han puesto toda las garantías, como es el acercamiento, pero la verdad de las cosas es que la ubicación sí ha hecho la diferencia con respecto a la cantidad de público en comparación al año pasado, ya que estábamos dentro de las cuatro avenidas", analizó Ricardo Vega, vicepresidente del grupo ramadero.
A pesar de ello, esperan para los demás días repuntar en ventas. "Lo positivo de esto es que el terreno es amplio, hay parque de estacionamientos iluminados y resguardo policial durante todo el día", expresó el locatario.
Francisco Monsalve, presidente de la agrupación, se mostró optimista en cuanto al tema, puesto que espera la llegada masiva de los clientes en los demás días y así mejorar las ventas.
El dirigente aprovechó nuestro medio para hacer un llamado a las autoridades para que durante el próximo año cumplan con un nuevo sitio y que sea un lugar definitivo.
Otras de las opiniones vertidas en esta materia fue la de Rosa Troncoso, propietaria de la cocinería "Vino y se fue a la chicha", quien, si bien es nueva en el rubro ramadero, hizo público su temor a perder el capital invertido en su local, puesto que también atribuye a que las bajas ventas se deben a la lejanía.
Por otro lado, hizo un llamado de alerta a las autoridades y a la ciudadanía para resolver la problemática en la próxima temporada. "Para los chillanejos, que somos tan solidarios, los invito a retomar esta tradición que es tan cultural, acudan a las cocinerías pues detrás de todo esto hay mucho trabajo", indicó la mujer.
Algunos de los clientes que acudieron ayer al recinto durante la tarde, manifestaron que "la ubicación es pésima y se nota porque hay poca gente, lo ideal es que el alcalde coloque de su parte y hagan las ramadas en lugares más céntricos", enfatizó Iván Victoriano, cliente chillanejo, quien además concurre cada año con su familia a tales actividades.
Para Hugo Carvajal, también de Chillán, expresó que "llegué acá y me di cuenta que no hay mucho público, tal vez lleguen más tarde pero se nota la diferencia con otros años".
Además se refirió a los precios de los productos pues éstos según su apreciación no han variado marcando estabilidad en comparación con años anteriores.
Los ramaderos advierten precios bajos en cuanto a consumo de todo tipo. Pero sí hay variaciones de entre 2 mil a 3 mil pesos. Las competencias de valores están entre las cocinerías y las fondas. Por ejemplo, la docena de empanadas de horno es de 8 mil pesos, 3 mil las de queso, papas fritas desde quinientos. El vino y chicha a 3 mil, el terremoto que es el más consumido cuesta mil pesos el vaso de medio. Estos precios son de algunas cocinerías. En fondas los precios tienden aumentar pero según sea lo solicitado por el cliente.