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Relojes inteligentes, la nueva batalla tecnológica

Al final de una discusión sin soluciones los pacientes se sienten prisioneros y desesperadamente claman por ayuda. Desde el otro lado, se discute la ley de oferta y demanda.

Samsung ha anunciado el lanzamiento de su Galaxy Gear, el primer "SmartWatch" o reloj inteligente.

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La competencia de las marcas en el segmento de smartphones está cada vez más reñida. Las ventas del iPhone de Apple crecieron un 27% en 2012 y para cinco años se espera que lo hagan en apenas un 8.9%. ¿Cómo se explica una disminución tan drástica? Por la saturación del mercado.

Este segmento no puede seguir creciendo para siempre. Después de todo, es una de las tecnologías que se ha ido adoptando más rápidamente en los últimos años y llegará un punto en que pase de ser algo exclusivo a lo que se denomina una "tecnología base", es decir, algo que la gran mayoría usemos a diario, como un televisor o un refrigerador.

Por lo mismo, las marcas están buscando nuevos nichos para competir. Uno de los que ha llamado mayormente la atención es el de las "tecnologías vestibles", iniciado por las gafas Google Glass. Lo que se busca con ellas es que nuestros gadgets no sean un elemento externo, sino que estén incorporados a nuestra ropa o cuerpo, para mayor comodidad.

Siguiendo esta tendencia, Samsung ha dado el primer golpe y ha anunciado el lanzamiento de su Galaxy Gear, el primer "SmartWatch" o reloj inteligente de la empresa. La idea, sin embargo, no es nueva ni exclusiva: Sony fue el precursor con su reloj Liveview, que fue un intento algo precario que terminó decayendo por su deficiente capacidad de conexión. Otras iniciativas de desarrolladores independientes como el Pebble ya están disponibles y han vendido miles de unidades alrededor del mundo.

¿Qué pueden hacer estos aparatos? Básicamente se han concebido como un complemento para los smartphones. A veces resulta molesto e indebido estar sacando el teléfono de los bolsillos, por lo que estos nuevos relojes funcionan como una suerte de control remoto para ellos, permitiéndonos ver las notificaciones del smartphone directamente desde nuestra muñeca. También podremos utilizar algunas aplicaciones, como un medidor de frecuencia cardíaca para hacer ejercicio o la capacidad de manejar el reproductor de audio del teléfono desde el reloj.

La pregunta es ¿necesitamos un aparato de estas características? La respuesta es no, ya que no agregan ninguna función en especial a las que ya podemos realizar con nuestro smartphone por sí solo. Sin embargo, los smartwatches serán un accesorio que brindará comodidad a ciertos públicos más tecnologizados y que sin duda lograrán buenas ventas. Después de todo, las grandes compañías no suelen hacer grandes apuestas como ésta sin antes haber realizado los estudios de mercado pertinentes. Lo más recomendable para esta clase de nuevas tecnologías es no ser un comprador impulsivo y esperar a probarlos para saber si realmente se ajustan a sus necesidades.