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Oración por Chile

La elección directa era una aspiración de las regiones, al poder elegir a sus autoridades que hasta ahora habían llegado a sus cargos a través de cuoteos políticos.

Quisiera pedir al Señor que cada uno de nosotros deje de mirarse a sí mismo y sólo sus propias necesidades.

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Hoy es el último domingo del mes de septiembre, día en que los católicos nos reunimos para rezar por nuestra Patria. Caminaremos las calles de nuestra ciudad de Chillán en la compañía de la Virgen del Carmen, y le pediremos a ella que una vez más descienda sobre esta tierra y la bendiga. Seguramente rogaremos para que nos ayude y proteja, y por qué no decirlo algunos elevarán sus oraciones pensando en las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, pidiendo al cielo salir electos.

En definitiva hay tanto por lo cual podríamos rezar y pedir, al menos a mí, me gustaría comenzar por implorar que cada uno de los que habitamos esta tierra podamos reconocer el valor del otro por lo que es y no por lo que posee. Que cuando miremos lo que posea el otro, no lo atribuyamos inmediatamente a situaciones oscuras o ideas que sólo provengan de la envidia o frustraciones personales; sino que nos alegremos de los triunfos de quienes nos rodean y reconozcamos sus esfuerzos ante la vida. Que dejemos de lado esa manía tan "chilensis" de pensar que lo bueno no puede durar, sufriendo por adelantado de manera permanente y no pudiendo disfrutar de las circunstancias, pues estamos constantemente pensando en la tristeza que según nosotros "debe" venir muy pronto, pues nada dura para siempre.

Quisiera pedir al Señor que cada uno de nosotros deje de mirarse a sí mismo y sólo sus propias necesidades; y descubramos que hay muchas personas valiosas que están a nuestro lado y que a veces ni vemos. Que dejemos de atribuir malas intensiones a las acciones de otros y reconozcamos las propias debilidades y faltas de misericordia.

También me gustaría solicitar con insistencia a Dios que fuera posible cambiar esta sociedad tan competitiva que hemos creado. Que nuestros hijos e hijas no deban ser comparados por diversos ranking (de peso, de notas, etc) en todas sus acciones desde que nacen. Que no sea lo central de la educación el puntaje SIMCE o la PSU sino formar personalidades recias, soberanas y libres capaces de hacerle frente a las dificultades de la vida sin miedo. Me gustaría pedirle al Padre del Cielo que nuestra gente pudiera depender menos de los antidepresivos y ser simplemente más felices depositando el valor de sus vidas en lo verdaderamente importante que es amar y sentirse amados.