En la recta final para la elección
En las próximas semanas subirá en intensidad el tono con que cada candidato hará llegar sus mensajes a la ciudadanía.
Estamos en el tramo final en el camino hacia las elecciones múltiples -Presidencial, parlamentarias y consejeros regionales- que los chilenos deberemos enfrentar el próximo domingo 17 de noviembre, lo que hace pensar que subirá en intensidad el tono con que cada candidato, en los comandos, en todos los niveles, hará llegar sus mensajes a la ciudadanía.
Esto es normal en todo proceso similar en desarrollo bajo los principios de la democracia, pero en sociedades como la nuestra aparecen situaciones que cuesta entender, porque en los afanes de conquistar simpatías en la ciudadanía algunos postulantes a algún cargo de elección popular abusan de la descalificación y el insulto hacia sus adversarios destacando pugnas que a veces son decididamente absurdas y contraproducentes.
Dentro de este esquema está el ya tradicional juego de la propaganda destruida, que invariablemente sigue con las acusaciones entre comandos, pero siempre que se limite a eso, a llenar las ciudades de carteles destrozados, algo que se ha hecho más grave en los momentos que no hay recolección de basura en términos normales por la huelga de los funcionarios municipales. En todo caso, esto podría ser incorporado al folclore. No ocurre lo mismo cuando asoma la violencia a cargo de los brigadistas de uno y otro lado, otra especie sumada a la fauna política nacional, pequeños mercenarios destinados a la protección del material propagandístico, en jornadas que muchas veces incluye la noche completa.
También está el tema de la saturación de las principales calles y avenidas con mensajes que seguramente nadie toma en cuenta, pero que parece hacer sentir bien vestidos a los candidatos. En la Región del Bío Bío, como en el resto del país hay puntos donde sencillamente se hace imposible ver de un lado al otro de la calle, lo que no tiene nada de positivo porque en determinados lugares se convierten en peligro para los conductores, quienes deben hacer malabares circenses para saber si pueden avanzar con seguridad.
Ante tal panorama, cabe esperar que los días venideros resulten razonablemente tranquilos y adecuados al ejercicio de una democracia madura, para que de esta forma no tengamos que lamentar situaciones que, incluso, hasta muchas veces fomentan la violencia.