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Enríquez-Ominami fustiga a la oposición por revés con el binominal

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El derrotado candidato presidencial del Partido Progresista (PRO), Marco Enríquez-Ominami, criticó ayer a la Nueva Mayoría por la inasistencia de varios de sus diputados el miércoles a la sesión en que se votó la eliminación del número de 120 integrantes de la Cámara, considerado como clave para favorecer el cambio del sistema electoral binominal.

Las ausencias provocaron un rechazo del proyecto, que ahora pasará a revisión en la comisión mixta. Dicha reunión se efectuaría el lunes.

"Es evidente de que la Concertación está casi convencida de cambiar el binominal. Casi fueron al Congreso, pero no fueron. Pudieron haberlo votado, pero no fueron. Son remunerados, pagados, y no fueron. Hicieron campaña hasta hace cinco días para cambiar el binominal", dijo Enríquez-Ominami.

La inasistencia de parlamentarios llevó a parlamentarios oficialistas a poner en duda la voluntad de la Nueva Mayoría de cambiar el sistema electoral, luego de obtener 11 doblajes en la Cámara y dos en el Senado el domingo, casi todos de candidatos que salieron primeros y terceros en votación.

El diputado de RN, Cristián Monckeberg, emplazó a la candidata opositora Michelle Bachelet a que se pronuncie por los sucedido. Ese partido tiene un compromiso para respaldar el fin del binominal.

La diputada electa del PC, Karen Cariola, criticó lo sucedido, pero añadió que era "oportunista" que la derecha cuestione lo sucedido, considerando que toda la UDI rechazó la modificación. Además, aseguró que el cambio es una prioridad del bloque.

Por un error, este medio indicó ayer que el diputado PPD Rodrigo González no se encontraba en la sesión en la que se rechazó la eliminación del número "120" que establece la Constitución para limitar el número de diputados. El parlamentario sí se encontraba presente y votó a favor de la iniciativa.

Labbé y omisión censal: "Pudo haber sido un error, a lo mejor no ameritaba hacerlo"

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Francisco Javier Labbé alabó ayer las conclusiones las que llegó el grupo de expertos internacionales que evaluó el Censo 2012 que él encabezó como director del Instituto Nacional de Estadísticas, cargo del que fue sacado por los cuestionamientos a la medición.

Aunque durante meses defendió todo el trabajo, ayer concedió en que pudo haberse equivocado al incorporar en las cifras globales de población nacional la imputación censal, que llegó en promedio a un 9% de personas contadas a pesar de que no fueron encuestadas. El equipo extranjero aconsejó al INE no sumarlo en su nuevo informe.

Labbé aseguró que siempre informó a las autoridades de la inclusión y añadió que lo hizo "para ayudar a la estimación de la población de las comunas pequeñas, que es lo más difícil".

"Puede haber sido un error, a lo mejor no ameritaba hacerlo", añadió.

Labbé dijo que el comité demostró que su labor fue seria y que no manipuló, falsificó ni adulteró las bases de datos. Añadió que el Presidente Sebastián Piñera "puede estar tranquilo de que en su Gobierno se realizó un trabajo serio y responsable".

Michelle Bachelet dijo en radio ADN que si es electa haría un Censo piloto el 2015 y un oficial el 2016. Labbé respaldó la idea, pues a su juicio los cambios sociales de hoy hacen necesario hacerlos cada cinco años, no cada diez.

Los expertos internacionales validaron los datos del Censo 2012 pero le hacen reparos

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Luego de casi tres meses de trabajo, los tres expertos internacionales convocados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para evaluar el cuestionado Censo 2012 validaron ayer el instrumento y los datos que arrojó, aunque hicieron una serie de reparos en su realización y conclusiones.

A diferencia de lo que planteó una comisión de especialistas nacionales en agosto, Griffith Feeney, Roberto Bianchini y Rajendra Singh estimaron como innecesario repetir el conteo, pero coincidieron en sus cuestionamientos a un aspecto central del trabajo que lideró el ex director de la institución, Francisco Javier Labbé.

Los expertos aconsejaron no considerar la omisión censal con que se informaron los resultados, que fue una estimación arbitraria hecha por el INE para contar a las personas y viviendas que no fueron ubicadas.

Según precisó la entidad en abril, ésta llegó al 9% como promedio nacional, pero en algunas comunas superó el 20%. Dichos datos no se habían comunicado en marzo, cuando Labbé y el entonces ministro de Economía, Pablo Longueira, informaron los resultados del Censo.

El ex jefe del INE lo hizo sólo después que una investigación periodística alertara que había una supuesta sobreestimación poblacional de más de 800.00 personas. Tras ello, fue sacado de su cargo por el Gobierno.

Los técnicos afirmaron que no existe consenso a nivel mundial sobre la omisión censal, que es tomada en países como Estados Unidos, Canadá y Australia, pero desechada en Europa. De hecho, la ONU no la tiene en sus recomendaciones, por lo que no hay parámetros como para establecer con cuántos no-encuestados se valida un proceso de este tipo.

Bianchini dijo que la precisión sobre ello podría resolverse por medio de una encuesta post censo, lo que desaconsejó por considerarlo muy costoso.

Ante esto, el italiano rechazó la solicitud de hacer una estimación sobre el número de habitantes que tendría el país., pues añadió que el objetivo de la misión era evaluar el instrumento. "Esa operación debe ser decidida por el INE. Ese no es un tema para extranjeros como nosotros", añadió.

Los especialistas aconsejaron difundir la información "lo antes posible" y utilizarla para todo lo que se requiera, incluyendo la toma de decisiones de política pública, algo que frenó Juan Eduardo Coeymanns apenas asumió el puesto en abril.

Los investigadores solicitaron que cuando se difunda la información se incluyan toda la metodología y antecedentes técnicos del trabajo.

Como recomendaciones para futuros censos, plantearon "dedicar tiempo apropiado" para conocer la experiencia internacional de otras mediciones de este tipo; incorporar un programa de mapeo digital, con teledirecciones e imágenes satelitales; realizar un censo piloto un año antes y en el mismo período que el final, para identificar los posibles problemas; y crear un proceso continuo para identificar las necesidades de información que tienen los usuarios.

Feeney dijo que si tuviera que calificar el trabajo que hizo el INE, le pondría un "B+" (un "6"). Pese a esto, reconoció que "yo dudo que este haya sido el mejor Censo de la historia", dijo en su momento Labbé y el Gobierno.

El director del INE, Juan Eduardo Coeymanns, agradeció el trabajo de los expertos e informó que ahora analizarán las recomendaciones recibidas para en los próximos días informar "las decisiones que se adopten y pasos a seguir para garantizar a todos los chilenos que contemos con las estadísticas censales de buena calidad para el diseño y evaluación de políticas públicas así como para otros fines", comentó.