Tras el avance de los mapuches que en 1655 destruyeron la ciudad de Chillán, los españoles que huyeron hacia Concepción ocultaron la imagen en los alrededores del fuerte Yumbel.
En la Academia comencé a conocer al maestro, al educador, al académico de la palabra clara y sello didáctico que él imprime.
Es el nombre de un educador e intelectual, locución que él caracteriza así: "una vida en las palabras". No cabe duda que así es y lo evidencian las 371 páginas de este libro y las diez de fotografías, editado recientemente en Santiago.
La editora y autora del prefacio, es la profesora y subdirectora de Asuntos Económicos y Administrativos de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, de la cual el profesor Samaniego es Catedrático.
Aunque yo lo conocí a través de sus libros desde 1974, personalmente eso ocurrió en el año 2002, cuando fui invitado a integrarme a la Academia Chilena de la Lengua, como Miembro Correspondiente a Chillán. Antes de ese año, figuraba asociado a un famoso dúo de profesores; Hugo Montes y Julio Orlandi, todos en la demanda de preparar libros para los alumnos primarios y secundarios. El profesor Samaniego ingresaría al ámbito universitario, como éste, que hoy comentamos.
En la Academia comencé a conocer al maestro, al educador, al académico de la palabra clara y sello didáctico que él imprime. El discurso con que él me recibió e integró a la Academia en su condición de Secretario de ella, me impresionó y marcó mi respeto y consideración a esta alta tribuna y su rol como árbitro y rector de nuestra lengua.
No es posible hacer un comentario profundo sobre este libro que contiene 32 temas de valiosa significación gramatical y lingüística, bajo los siguientes enunciados identificadores, presididos por una interesante entrevista, que le hacen los profesores Patricio Lizama y Carlos González de la Facultad de Letras que él dirige.
Prosigue el libro con testimonios, estudios e investigaciones, discursos y otros textos, cada uno de los cuales merece una severa atención. Sin embargo, en homenaje al espacio de que esta columna dispone, señalo como muy prioritarios sobre la base de mi experiencia, los siguientes enunciados: lenguaje en medios de comunicación, la gramática en la enseñanza de la lengua materna y una contribución a los desafíos futuros de la televisión.
Este último tema, sobre todo por la relevancia que el lenguaje tiene en las generaciones jóvenes, hijos predilectos de la imagen.
Mientras tanto nuestros parabienes para este académico y profesor universitario, por su esfuerzo editorial y por su significativo aporte al conocimiento cabal de nuestra lengua.
Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.