Paula Garay Roa
Después de la muerte de Eduardo "Lalo" Parra, en abril del 2009, su hija Clarita decidió escribir un libro dedicado al "Hombre del Terno Blanco".
Aunque este relato sería de la familia Parra en general, Clarita sintió que la mejor manera de pasar el luto sería escribiendo, recordándolo.
"¿Qué había detrás de este terno blanco? Eso me pregunté. En el libro hablo de su niñez, los viajes a Argentina, cuando enviudó de mi madre, su pasada por el circo. Hablo de su juventud, de sus cuatro matrimonios, hablo del tío Lalo enamorado de la vida y del amor,", relata Clarita Parra.
En las primeras líneas de este libro lleno de descripciones y confesiones, Clarita señala que quizás por los muchos motivos de la personalidad de su padre tenían una relación "de amor y de odio". "Mi papá, mi amigo, y más de una vez mi detractor", así es como comienza el Hombre del Terno Blanco, libro que el próximo 26 de enero se presentará en la 32° Feria Internacional del Libro de Viña del Mar.
Eduardo Lalo Parra nació en Chillán el 29 de junio de 1928 y fue aquí donde transcurrió gran parte se su infancia. "Esa ciudad lo era todo para él", cuenta su hija.
Clarita Parra confesó el gran amor y arraigo de Lalo Parra con esta ciudad de Ñuble. "Mi padre tuvo un macetero que hasta el último día de vida conservó. Ese macetero sólo tenía tierra que trajo desde Chillán en uno de sus tantos viajes", y agrega, "la música, el canto, los versos, eso era Chillán para él, era un cariño con nostalgia, un cariño con historias tristes y otras de aventuras".
La folclorista se adentró a lo que fue su infancia para escribir este libro. En "El Hombre del Terno Blanco", Clarita Parra comenta que lo escribió con los recuerdos de su niñez, con las historias que su padre les contaba como un cuento, pero que eran reales, de los momentos que estuvo a su lado y quedaron plasmados en el recuerdo. Anécdotas e historias que hoy podemos descubrir en este libro. "Esto es un homenaje a ese viejito tan choro", dice Clarita.
El hombre del terno blanco es una obra escrita con el palpitar de su corazón y el pulso de su emoción. Su primera obra literaria, un texto con historias que quizás no quería llegar a escribir pero que hoy, a varios años de la partida de su padre, es un deber contar.
"El blanco era su color favorito en todo sentido, la casa tenía que ser pintada de blanco, yo heredé eso, me encantan las casas blancas", confiesa Clarita.
"Yo siempre le preguntaba: ¿papá, por qué el blanco? Y él me respondía: porque mi alma es pura y blanca como un santo, y entre risas yo replicaba: ¡Por favor, haga memoria papá!, usted un enamorado, lacho, bueno para el carrete ¡va a ser un santo!", cuenta como anécdota la hija del autor de Adiós Chillán.
"También lo hacía para llamar la atención. Cuando caminaba por el Paseo Ahumada, el hombre del terno blanco caminaba y saludaba a todo el mundo, era el tío Lalo Parra".
Clarita Parra Destacada folclorista y compositora, miembro activo de la segunda generación de la familia Parra. Como intérprete, ha actuado a lo largo de Chile, Canadá, Estados Unidos, Perú, Argentina, Bolivia, Brasil y Puerto Rico. En 1996 ganó el Festival de Viña del Mar, en su competencia folclórica, con la canción Cueca tristona.
Eduardo Lalo Parra se casó con Clara Moreno. Durante su vida juntos se presentan en boites y quintas de recreo de primer nivel. Con ella tuvo dos hijos, Francisco y Clarita. Parra enviuda en 1957 y parte junto a sus hijos a Argentina, en donde estuvo durante siete años. Con Clarita, años después graba "Las Cuecas Choras del Hombre Nuevo" y "Las Cuecas de Hogar Dulce Hogar", en 1970. En 1991 es la oportunidad de rendir homenaje musical a su hermano Roberto, entonces se vuelve a juntar con Clarita para grabar "Las cuecas de la Negra de Ester", basadas en la obra de Roberto.