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Cultura ¿Un bien de consumo?

Santa Elvira fue forjándose y creciendo gracias a la llegada de gente de mucho esfuerzo. Sus casas son un testimonio arquitectónico de las construcciones antiguas de Chillán.

Debemos avanzar hacia el acceso gratuito para sectores más vulnerables de la sociedad.

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El dramaturgo y académico Raúl Osorio plantea las exigencias que debemos asumir, si queremos ser capaces de sacar conclusiones sobre el estado de la cultura en Chile y definir políticas de largo plazo. Le llama a la atención que a pesar que existe un bajísimo porcentaje de la población en nuestro país que declara asistir al teatro, el informe Cultura y Tiempo, editado por el INE y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, nos entregó la "buena noticia" que la cantidad de espectadores había crecido el 2012.

Las autoridades no demoraron en destacar el avance, que se expresaba en un aumento del "consumo cultural", particularmente medible en la cantidad de espectadores a conciertos y al cine chileno. Pero cabe preguntarse ¿Es es así cómo debemos medir el desarrollo cultural del país? ¿Nos podemos dar por satisfecho sólo con las cifras?

El profesor Osorio nos advierte -con razón- que a pesar que vivimos en una sociedad de mercado, no podemos asimilar las artes a un bien de consumo, porque esa aproximación es estéril, y nos dice poco y nada del impacto que debe tener la experiencia artística en el consumidor de cultura.

Se debe evaluar hasta qué punto estamos siendo capaces de dejar una huella en el espectador, integrándolo a una "experiencia vital". Este no sólo debe consumir un espectáculo, sino incorporarlo como un factor de crecimiento y belleza.

El ex ministro Cruz-Coke señaló que "fue un año muy positivo para la cultura y las artes en nuestro país", cuando presentó el noveno informe anual de Cultura realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Destacó el 8.6% de aumento en el número de asistentes a espectáculos públicos, los 912 mil personas que congregó el cine, un 163 por ciento que el año anterior.

La directora del observatorio de Políticas Culturales, Bárbara Negrón, recalcó que a pesar que el crecimiento es positivo, es una tendencia que se ha registrado desde años anteriores y que la producción nacional continúa con bajas cifras en relación a los productos extranjeros. Por su parte el subdirector de la revista del Magíster en Gestión Cultural de la Universidad de Chile, Fabián Retamal, cuestionó el positivo balance que se hizo para el cine chileno. "Cuando uno mira con lupa cuáles son las producciones nacionales que acarrean más público, se da cuenta que hay un género que prima, que es la comedia más bien comercial". Mientras, un grupo importante de la población sigue sin acceso, no solo por recursos económicos, sino también por el capital cultural que posee. Debemos avanzar hacia el acceso gratuito para sectores más vulnerables de la sociedad, siempre y cuando estos no sean eventos aislados sino que sean sustentables como política, de manera que las actividades artísticas se complejicen y lleguen a ser un hábito cultural incorporado como forma de vida.

Extensión Académica Universidad Central.

Sorpresa entre ediles por denuncia a director de Obras Tribunal decide sentencia por abuso contra expolicía20 años cumplió santuario natural de Cobquecura

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La denuncia presentada por la Municipalidad de Chillán ante el Ministerio Público, en contra del ex director de obras municipal, Ernesto Aracena, por falsificación y uso malicioso de documentos, sacó ronchas dentro del concejo. Los ediles en su mayoría desconocían el tema, por lo que reaccionaron con sorpresa ante la situación.

Este viernes se dará a conocer finalmente el fallo del caso del Carabinero José Urra Navarrete, que abusó sexualmente de un niño, en la casa de un familiar que ambos visitaban en el sector Porvenir, de Recinto. El Ministerio Público pidió al tribunal aplicar al condenado una pena de 10 años y 1 día de presidio y otra de 8 años de cárcel.

La costa chilena goza de una gran diversidad de fauna marina, y la región del Bío Bío, es una de las más ricas en ese sentido, contando en Cobquecura con el Santuario de la Naturaleza Islote Lobería y la Iglesia de Piedra, el que ofrece un sinfín de especies marinas, santuario que cumplió ayer 20 años desde su promulgación como tal.

Santa Elvira, un barrio de esfuerzo

Uno de los sectores más antiguos de Chillán está de aniversario y lo celebran con la misma unidad que ha caracterizado a este sector de empuje y trabajo.

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Desde los años 1835 se calcula que comenzó a poblarse el sector norte de Chillán. A fines del s. XIX, el proceso de migración de la población rural se acrecienta y los nuevos vecinos empiezan a ocupar terrenos agrícolas en la periferia urbana, dando lugar a otros loteos y quintas para pequeños propietarios.

Paralelo a la Avenida Ecuador circulaba en sus inicios el tren, cuya estación suburbana se ubicaba casi al llegar a Vicente Méndez. Desde allí seguía viaje hacia el sector precordillerano de Recinto. La historia conocida por vecinos del sector cuenta que este barrio tradicional, uno de los más antiguos de Chillán tomó el nombre de una generosa viuda. Su esposo, un señor de apellido Rifo, era dueño de un restaurante en la esquina norte de Avenida Francia. Un día el tren acabó con su vida y en el lugar se ubicó una cruz, la "Cruz de Rifo", que lo recordaba. Su viuda, se cuenta, comenzó la venta de sus sitios y donó muchos a familias pobres, además de ser una reconocida benefactora de obras sociales. El nuevo sector de Chillán tomó su nombre en agradecimiento.

La población Santa Elvira fue forjándose y creciendo gracias a la llegada de gente de mucho esfuerzo. Sus casas, del tipo de construcción típica de vivienda suburbana chilena, algunas inclusive de adobe -cada vez menos- son un testimonio arquitectónico de las construcciones antiguas de Chillán.

La tradicional vertiente del sector era permanente punto de reunión vecinal, las dueñas de casa llegaban a compartir mientras se realizaba el lavado de ropa para sus familias, como para otras en busca de obtener algún dinero. Tras el terremoto de 1939, dicha vertiente que siempre llevaba la misma cantidad de agua, se convirtió en un punto de reunión para abastecerse del líquido y allí se forjó la unión de sus habitantes que se observa hasta hoy, con actividades como las que este fin de semana engalanaron su aniversario. Muchos maestros de la construcción que llegaron a reconstruir la ciudad se quedaron y trajeron a sus familias. La migración desde sectores rurales como Portezuelo, San Nicolás y San Carlos le aportó a este sector una religiosidad propia de la cultura criolla del campo, propia de los Padres de Santo Domingo.

Si bien muchas de las tradiciones han ido desapareciendo con el tiempo y los mismos vecinos han ido cambiando con los años, algo que mantiene este barrio patrimonial de Chillán es el sentimiento de pertenencia y unidad entre sus vecinos. Todos personas se esfuerzo, empuje, sacrificio y trabajo, que han aportado tanto al barrio como a la comuna su sudor para ir forjando un Chillán más próspero y desarrollado.