"La idea es que quien se dialice lleve una vida lo más normal"
En la Unidad de Diálisis del Hospital Clínico Herminda Martín (HHM) se concentra el 16,2% de los 470 pacientes con diagnóstico de Insuficiencia Renal Crónica Terminal, beneficiados por el Plan Auge (Acceso Universal de Garantías Explícitas).
Teresa Balboa, enfermera jefe de la unidad, con más de 20 años de experiencia, destaca el profesionalismo y entrega de quienes forman parte de este gran trabajo. "La idea es que quien se dialice lleve una vida lo más normal posible", enfatizó.
Tenemos 76 pacientes crónicos, más todos los agudos que van llegando, que no son fijos (alrededor de ocho semanales).
El paciente crónico es aquel que ya se le diagnosticó la Insuficiencia Renal Crónica Terminal, y su única alternativa para seguir viviendo es dializarse. En cambio, la denominación de "agudos", recae en aquellas personas que por alguna circunstancia, por enfermedad o trauma, hizo una falla renal. No obstante, puede recuperarse de su insuficiencia y volver a su vida normal sin quedar en tratamiento dialítico.
Efectivamente. Sin embargo, quienes necesiten un trasplante deben enfrentarse a dos circunstancias: la baja cantidad de donantes en el país, y segundo, que no todos los pacientes son trasplantables. Hay personas con patologías autoinmunes, que aunque le pongas un nuevo riñón su organismo va a tender a rechazarlo o enfermar el órgano y no va a funcionar".
Para Balboa, que el Auge haya garantizado la atención de los pacientes que requieren dializarse, es de una gran ayuda. Sobre el particular, precisó, "cuando nosotros llegamos a la Unidad de Diálisis a principios de los años noventa, solamente contábamos con dos equipos. Sin embargo, gracias a este sistema de garantías explícitas tenemos 14 equipos; 11 para pacientes crónicos, 2 de agudos y uno de respaldo", subrayó.
Sustituye la función que naturalmente le corresponde realizar el riñón. Es decir, depura la sangre. La parte de depuración la suple el filtro que se usa para poder dializar al paciente. Este filtro es individual para cada paciente (que es por donde se pasa la sangre).
La idea es que los pacientes lleven una vida lo más normal posible, que les permita reinsertarse laboralmente. En el fondo, buscamos que no vivan para dializarse, sino dializarse para vivir.
Por lo anterior, explicó, "a las personas que trabajan les damos la posibilidad de dializarlo un poco más tarde, en el turno de las 20 horas, ya que tenemos claro lo complejo que es sacarlos del trabajo, pues nadie permite ausentarse de manera permanente por las cuatro horas que dura todo el procedimiento".