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Alerta sanitaria por el Virus Hanta

Simples medidas preventivas pueden evitar que sus vacaciones se conviertan en una tragedia. El virus, en la Región, ha matado a sus tres últimos portadores.

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El Ministerio de Salud extendió a cinco regiones del país la alerta sanitaria por la presencia del Virus Hanta. La última de estas regiones fue la del Bío Bío, donde a la fecha se han registrado tres casos de contagio, todos ellos con consecuencias fatales. Precisamente este nivel de mortalidad, del 100 por ciento de los casos en esta región, prácticamente el doble a lo registrado el año anterior, es lo que tiene preocupadas a las autoridades, que si bien reconocen que se trata del mismo virus, estiman que tiene una carga viral mayor, por lo cual se apunta ahora a intensificar los mecanismos y campañas de prevención hacia la población y en especial los turistas, pero también reforzar la red de salud, en particular los hospitales, para que puedan realizar diagnósticos rápidos y oportunos del virus para así aplicar el tratamiento que pueda salvarles la vida a los pacientes.

El fenómeno del Virus Hanta ha preocupado especialmente en este año, debido a que los incendios forestales en la Región, sumado a la floración de la quila en zonas rurales y el aumento de ratones colilargos, ha provocado una migración de estos portadores del virus hacia zonas pobladas.

Es por ello que, a raíz de la declaratoria de alerta sanitaria, se pretende sumar a nuevas instituciones a la labor preventiva, la que se extenderá sobre todo a los turistas, como se venía haciendo en la temporada estival, pero sumando además a trabajadores forestales y agrícolas, más otros grupos de riesgo que están en contacto permanente con el hábitat del roedor.

Desde septiembre de 2013 a la fecha, la región del Biobío registra 3 casos de hanta, de los cuales tres fallecieron, mientras en el mismo período entre 2012 y 2013 se registraron 7 casos y tres de ellos con resultado fatal. Uno de los casos de hanta que involucró a la provincia de Ñuble se confirmó hace algunas semanas por parte de entidades de Salud. Un turista de Hualpén que vacacionaba en Quillón se habría contagiado mientras vacacionaba en un camping. Luego consultó en el Hospital Higueras, donde finalmente se constató su deceso y se confirmó la presencia del virus.

Por este motivo, las autoridades de salud han insistido en seguir al pie de la letra las recomendaciones principales. Si va a acampar, hacerlo sólo en lugares habilitados. Para cocinar, lavar platos y lavarse los dientes, utilice agua embotellada, desinfectada con cloro o hervida. Es recomendable mantener protegidas y tapadas las fuentes de abastecimiento de agua, y cerciorarse de mantener los restos de alimentos y otros desechos en bolsas bien cerradas, y dentro de contenedores para la basura de plástico o latón, con tapa y en algún lugar lejano al campamento.

Veranos chillanejos

Desde septiembre de 2013 a la fecha, la región del Biobío registra 3 casos de hanta, de los cuales tres fallecieron, mientras en el mismo período entre 2012 y 2013 se registraron 7 casos.

En Dichato nos encontrábamos muchos conocidos, familias enteras, que organizábamos fiestas, fogatas.

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Siempre me han gustado los veranos de mi tierra. Los veranos de Ñuble tienen ese encanto que proporciona la variedad del paisaje, a corta distancia y en óptimas condiciones. Recuerdo aquellos veranos de infancia, corriendo entre los canales que cortan Chillán reverdeciéndolo, echando carreras náuticas con barquitos de madera, con los pantalones de mezclilla arremangados y descalzos. Sin calor por correr metidos en el agua hasta la rodilla. Con las escuelas de vacaciones, los días se nos hacían cortos inventando la forma de entretenernos jugando bajo los árboles, en los potreros cercanos o entre los canalillos con agua de riego, que nunca faltaban.

Cuando fuimos llegando a la adolescencia, nos desplazábamos hasta Las Canoas para refrescarnos, caminando bajo los árboles y con las hondas prestas a dispararle a los gorriones o las palomas. O bien, y a escondidas de nuestros padres, nos dábamos una vueltecita por el Canal de la Luz, en busca del chapuzón reponedor, entre las risotadas de la pandilla.

También estaba la posibilidad de irnos a pasar una quincena a Las Termas, donde existían pabellones municipales populares. O nos dejábamos caer por la casa de algún pariente que vivía en el campo. O bien, ¡a Dichato los boletos!, a disfrutar de la playa, con sus aguas tranquilas y la arena amarilla. Era curioso, porque en Dichato nos encontrábamos muchos conocidos, familias enteras, que organizábamos fiestas, torneos deportivos, fogatas nocturnas, elecciones de reinas.

Hoy, las cosas son distintas, porque nuestros hábitos han ido cambiando. Enclaustramiento e individualismo, producto de las nuevas tecnologías, hacen que nuestros jóvenes "estén en otra". Las entretenciones varían y las vacaciones requieren de otras condiciones de modernidad. Dichato se recupera del holocausto del 27 F y vuelve a ser atractivo, pero con casas más confortables o por estancias de menor duración. Al campo se viaja menos, aunque se visita granjas/restaurantes, especialmente acondicionadas para pasar el día con los niños, con el fin de que vean/conozcan a los animalitos domésticos.

Y a la cordillera, bueno también se va, pero para hacerlo hay que ir ahorrando durante el año. Son vacaciones inolvidables, sin duda, por el paraje magnífico que nos ofrece la naturaleza, pero más breves y costosas. Pero también existe la alternativa de "veranear en casa". Para ello, las autoridades y las entidades vecinales se las ingenian para organizar eventos de toda clase, en la calle, con participación de todos y mucho ruido. Bailes entretenidos, maratones de zumba, gimnasia participativa, ferias de las pulgas, exposiciones, elecciones de reinas, malabarismos, etc. Y todo al atardecer, cuando el calor ya no aprieta y se percibe aquella brisa del sur que invita a compartir con los vecinos.

Periodista.