Iglesia Católica, abusos y mea culpa
El Papa Francisco ha sido claro en señalar que hay que avergonzarse de los escándalos que se han producido en el seno de la Iglesia.
Un interesante y a la vez polémico debate a nivel internacional se ha producido en torno a un informe emanado de la Comité de la Organización de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño que tras analizar diversos casos de abusos sexuales contra menores por parte de miembros del clero, adoptó una posición muy dura contra la Iglesia Católica y criticó al Vaticano por no haber reconocido nunca "la amplitud de los crímenes" de sacerdotes y acusó de adoptar "políticas y prácticas que llevaron a la continuación de abusos y a la impunidad de los responsables".
El debate es de suma relevancia porque también se aplica a un sinnúmero de casos que se han producido en Chile y que han provocado verdadero revuelo y escándalo entre los fieles. En particular se puede mencionar lo ocurrido con el caso del religioso Fernando Karadima, quien fue acusado de abusos por parte de feligreses y de exsacerdotes de la parroquia El Bosque, presentadas desde 2004 a la autoridad eclesiástica. En este caso, la Santa Sede condenó al sacerdote mientras que la justicia civil había cerrado una investigación en su contra. En el particular, se acusó en este caso de encubrimiento por parte de altos jerarcas de la iglesia católica chilena.
Más recientemente, el obispo de la Diócesis de San Felipe, monseñor Cristián Contreras Molina, enfrenta por estos días denuncias sobre abusos sexuales que pesan en su contra, ante lo cual se solicitó la investigación eclesiástica para aclararlas.
Un aspecto fuertemente cuestionado desde la comisión de la ONU que investigó casos de todo el mundo fue la convicción a la cual se llegó con respecto a que el Vaticano no tomó "las medidas necesarias" para atender estos casos y proteger a los menores.
En el contexto de nuestra provincia de Ñuble, el caso que ha causado más revuelo fue el crimen del sacerdote Cristián Fernández Fletá, ocurrido el 6 de abril de 2009. El juicio oral en contra del único acusado -posteriormente absuelto- reveló episodios de homosexualidad y relaciones atribuidas al sacerdote, que preocuparon sobre manera a la Diócesis de Chillán, por cuanto en las mismas indagaciones se recogieron otros testimonios de conductas similares de otros sacerdotes.
La postura del Papa Francisco ha sido clara al respecto. En una homilía del 16 de enero de este año, el Santo Padre manifestó que hay que avergonzarse de los numerosos escándalos que se han producido en el seno de la Iglesia y al mismo tiempo se preguntó ¿Pero nos hemos avergonzado de estos escándalos, de estas derrotas de sacerdotes, obispos, laicos?. Con ello dejó entrever que es necesario que, con las pruebas suficientes, la iglesia asuma estos delitos que sólo alejan a los propios cristianos de su lado.