Inseguridad en los municipios
Aprovechando la recaudación millonaria por permisos de circulación, delincuentes ya han atacado tres municipios que no contaban con sistemas de seguridad.
Cada vez de manera más frecuente, los delincuentes han visto en las dependencias de las Municipalidades de la Provincia de Ñuble como lugares con un bajo nivel de vigilancia, desde donde sustraer dinero en efectivo o especies que luego son revendidas.
Tan sólo en la última semana, tres consistorios han sido objetos de robo, lo que denota esta inseguridad no sólo para los funcionarios municipales, sino también para la comunidad. En todo estos casos se trata de edificios municipales ubicados en zonas alejadas de los grandes poblados: Quirihue, San Ignacio y Ñiquén.
El primer caso tuvo lugar el pasado 31 de marzo en Quirihue, cuando funcionarios municipales se percataron que durante el fin de semana desconocidos ingresaron hasta la oficina de Tesorería y Finanzas de la municipalidad con el objetivo de sustraer la recaudación por concepto del pago de los Permisos de Circulación en la comuna. De dichas oficinas se sustrajo la suma de $15 millones desde una caja fuerte que fue forzada. El lugar no contaba con ningún elemento de seguridad pese al monto en dinero que resguardaba.
Una situación similar quedó al descubierto ayer en la Municipalidad de San Ignacio. Delincuentes que ingresaron al parecer por una puerta posterior, vulneraron la caja fuerte con la técnica del oxicorte y se llevaron $3 millones en dinero efectivo (también de la recaudación por los Permisos de Circulación), más notebooks, cámaras de video, fotográficas y otros artículos electrónicos.
Como se observa claramente, en este periodo del año en que los municipios culminan la recaudación de altas sumas de dinero con los permisos de los automovilistas, los grupos delictuales se organizan de manera similar para cometer sus atracos y asegurarse con estos dineros a raíz de que los municipios no cuentan con sistemas de seguridad adecuados para el resguardo de valores. No se entiende, por lo mismo, que estos mismos municipios no busquen alternativas más seguras, como entidades bancarias o financieras, para mantener a buen recaudo sus arcas municipales, si no cuentan con los medios idóneos para protegerlas. Lo anterior no sólo debe ser un llamado de atención para las autoridades comunales, sino también para las policías, que en ambos casos mantenían cuarteles bastante próximos a los edificios públicos.