Reforma al Binominal
Tal como está planteado el proyecto es un avance, pero a la vez un golpe a regiones, que gozarán de menor representatividad que el área Metropolitana.
Otra reforma que no pudo ser zanjada durante el gobierno del Presidente Sebastián Piñera espera ver la luz durante el mandato de la Presidenta Bachelet. Se trata de la reforma al sistema binominal, el cual pasaría a ser reemplazado por un sistema proporcional -como el que existía hasta 1973-, de acuerdo al proyecto que fue enviado el jueves al Congreso para su discusión.
La iniciativa recoge la idea de aumentar el número de parlamentarios en proporción a la cantidad de habitantes que tiene el país. De esta forma, se plantea incorporar un redistritaje, lo que significa aumentar a nivel global en 35 los disputados y en 12 los senadores.
Bajo este esquema, la Región del Bío Bío pasará a tener 5 senadores (actualmente son 4 divididos en 2 Circunscripciones) mientras que la provincia de Ñuble (representada por los distritos 41 y 42) subirá a 5 la cantidad de diputados.
Sin embargo, será la Región Metropolitana la que aumentará en mayor número la representación parlamentaria, en adelante contará con 15 diputados y 7 senadores, de forma proporcional a la mayor población. He aquí entonces un desequilibrio que se genera con respecto a las regiones, que si bien podrán obtener más representantes en zonas más extremas, en la práctica vuelve Santiago a centralizar mayor poder político en el parlamento.
El sistema proporcional elimina ciertamente la hegemonía que mantenían hasta hoy -gracias a los cambios hechos en la Constitución de 1980- sólo dos coaliciones políticas, de derecha e izquierda, y abre el espectro a que partidos como el PRO, MAS, Evópoli, Amplitud y el Partido Comunista, por nombrar a algunos, tengan mayores posibilidades de ganar un representante en el Congreso, lo que abre un espectro de mayor transversalidad política.
Chile, entonces, está experimentando desde los últimos años una serie de cambios importantes en materia de elecciones republicanas. Cambios que se iniciaron con la inscripción automática y el voto voluntario y que han continuado con el sistema de primarias presidenciales y el voto a los chilenos en el exterior -recientemente aprobado en la Cámara baja-, todo lo cual habla de una nueva manera de abordar la política, y revertir la tendencia del último tiempo marcada por un descrédito al sistema político imperante. Toda apertura a un régimen que privilegie la democracia y la igualdad en el ejercicio cívico es positivo, no obstante, ello no puede resistirse en desmedro del poder que deben tener las regiones en los mismos términos que la gran capital.