Dar de sí, sin pensar en sí
El título de esta columna es el lema del Rotary Club International, organización de servicio público creada en Chicago, Estados Unidos hace 109 años, por el abogado Paul Harris y tres amigos más. Creció rápidamente y hoy tiene más de 1.200.000 afiliados, en más de 34.000 clubes esparcidos por el mundo.
También llegó a Chile ese aire solidario y se esparció con rapidez. Nuestra ciudad se sumó a la causa y surgió el Rotary Club Chillán, fundado hace 85 años, siendo uno de los más antiguos del país. De esa rama, hace exactamente hoy 25 años, surgió un nuevo brazo, el Rotary Club Chillán Oriente. La labor en este cuarto de siglo ha sido tan silenciosa como productiva. Porque para los rotarios, de acuerdo a su lema, es más importante hacer que decir; cumplir con lo ofrecido a quien lo necesite y en el momento oportuno. Sin rodeos, sin aspavientos.
Sin embargo, también considero necesario hacer públicos algunos hitos, algunas obras realizadas, porque una vez conocida la labor rotaria, se estimula a las personas que profesan similares ideales y que buscan dónde encauzarlos.
El RC Chillán Oriente tuvo una participación importante en los sucesivos Rotaplast, acción de carácter internacional que consistió en atender a centenares de jóvenes de nuestra provincia que padecían de labio leporino o paladar fisurado. Y en jornadas maratónicas, realizadas por médicos chilenos, canadienses y estadounidenses, consiguieron cambiarle la vida a gente que, en otras condiciones, no habría vuelto a sonreír.
Y ha colaborado -junto a los demás clubes rotarios de Chillán-Chillán Viejo- en la lucha internacional que la Institución protagoniza junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS), para extinguir la polio en el mundo.
Ha sido responsable, así como otros clubes lo han hecho, de entregar en comodato sillas de ruedas a gente necesitada. Y ha protagonizado la atención permanente de una escuelita rural municipal del sector chillanejo de Reloca, llamada 'Paul Harris', apadrinada desde hace unos años. Dotación de módulos como salas de clases, infraestructura para fotocopias e informática, acciones cívicas en conjunto con entidades diversas para atender médicamente a los vecinos del sector, veterinarios, charlas de primeros auxilios, plantación de árboles, escuelas de fútbol…en fin.
Y las muchas navidades para niños de sectores vulnerables. ¡Son imborrables las caritas de alegría, dentro de la estrechez de sus propias vidas! Son algunos ejemplos de jornadas solidarias que enaltecen a quienes las reciben y honran a quienes las ofrecen. Son consecuencia de un lema puesto en práctica. Son manos tendidas de gente común y corriente que se ha unido en torno al ideal de servir.