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Deficiencias en el modelo predictivo

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Fue un tema que este medio hizo hincapié durante la semana pasada, previo a iniciarse los procesos de Alerta Sanitaria en las comunas de Chillán y Chillán Viejo. La escasez de información hacia la comunidad y la inexistencia de un canal de comunicación oportuno y expedito de notificación de las medidas por parte de la autoridad sanitaria y ambiental, han generado los primeros conflictos en torno a la aplicación de multas y restricciones al uso de leña en los hogares de la intercomuna, durante los episodios críticos de contaminación. Si bien es la primera vez que se aplican medidas tan estrictas para reducir los preocupantes niveles de polución con material particulado fino (MP2,5) y grueso (MP10) en la zona, la verdad es que tal como se comentó en esta misma columna Editorial, finalmente han sido los medios de comunicación quienes han debido cargar con el peso de informar a la ciudadanía respecto de las medidas implementadas, por cuanto los canales dispuestos han resultado ineficientes.

En un ejemplo simple dado a conocer por el senador Víctor Pérez Varela, 'los ciudadanos de Los Ángeles y Chillán reciben información de los decretos de Santiago, pero no de sus propias comunas'. En efecto, muchos ciudadanos que tienen acceso a redes sociales se han enterado más rápido de las medidas comunicadas en la cuenta del intendente Claudio Orrego en materia ambiental que de las propias autoridades regionales.

Otra respuesta que se ha dado desde la autoridad sanitaria tiene que ver con que aún se están preparando las campañas informativas hacia la comunidad, cuando lo más lógico habría sido lanzarla junto con el decreto que entró en vigencia la semana pasada. Otro aspecto es el modelo utilizado para anticiparse a las condiciones de Preemergencia y Emergencia ambiental, que de predictivo tiene poco, ya que al final aplica medidas prácticamente 12 horas después de producido el evento crítico y no se anticipa a las condiciones que pueden generar el problema y así reducir la mala calidad del aire. Hasta el año recién pasado, la Seremi de Medio Ambiente enviaba reportes diarios de la condición del aire alrededor de las 18 horas, lo que permitiría aplicar acciones de contingencia durante la misma jornada. Hasta ayer, muchos fiscalizadores del gobierno no tenían conocimiento al mediodía siguiente al episodio registrado por las estaciones de monitoreo cuáles eran las acciones a seguir. Esta desinformación ha llevado a la comunidad a manifestar su malestar por las redes sociales, haciendo más que evidente que tanto el modelo como la comunicación efectiva de las medidas deben ser reformuladas.

Falleció la última dueña de la Librería Maureira

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Mañana serán los funerales de Olivia Maureira Saavedra, la última dueña de la ya legendaria y desaparecida Librería Maureira de Chillán. Su deceso se produjo cuando intentaba cruzar calle Constitución, por la avenida O'Higgins, y repentinamente perdió el equilibrio y cayó sobre una camioneta grúa que subía por Constitución.

Producto de los daños que provocó el temporal en Chillán, la Onemi decidió

declarar alerta Roja para la comuna, debido a los problemas que se mantienen tras el sistema frontal que dejó a más de 300 familias afectadas, amplios sectores sin luz y árboles que aún se encuentran sobre el tendido eléctrico y en las calles.

Una crónica para y sobre los perros

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Si usted se pregunta cuál es la nueva cordillera de Chile, le respondo: es el espinazo de los perros vagos que deambulan a lo largo de Chile. Están en las plazas, en las calles; no se salvan La Moneda ni los desfiles militares. No creo, no he visto otro país donde dominen el espacio público a tal extremo. Chile, el país de los perros, dicen los turistas y muchos no vuelven por lo mismo. Esto último podría ser una advertencia para buscar una solución.

Pero no. Los perros siguen tomándose las calles y a este ritmo no faltaría que la ciencia ficción los convirtiera en amos y señores conducidos por un líder, el más fuerte de la manada. La población canina nacional está compuesta por numerosas razas y no corremos, por suerte, el riesgo de Australia con el peligroso y temido 'dingo', una variante salvaje del perro, que asola grandes extensiones de ese país.

La existencia de tanto perro revela varias cosas del alma del chileno. Los campesinos siempre han tenido amor por los perros, es parte de su vida, guardián de la casa, compañero de labores; es muy difícil que lo abandone, muere a su lado. Sin embargo ha salido una nueva palabra para denominar a los animales domésticos, entre ellos, el perro: mascota. La palabra mascota tiene otras connotaciones, una de ellas es juguete y aunque se diga 'mi mascota', no es lo mismo a' mi perro' y menos a 'mi perro fiel'. Un juguete es objeto, se cambia, se deja. Parece que muchos toman al perro así y cuando se cansan, lo abandonan.

Lo peor en Chile es que nadie se hace responsable del problema - debo decir que estas líneas se escribieron antes que el tema fuera tocado en el discurso presidencial -cuando este es uno de los grandes problemas actuales: es una bomba de tiempo desde el punto de vista de su reproducción y de salud pública (también económica cuando se habla de turismo). Ni siquiera los que aman a los perros llegan con soluciones realistas, pues no basta decir: pobrecito o darle comida en la calle, protegerlos; es necesario algo más: una política nacional y profunda.

Otros países han tomado en serio la tenencia de animales domésticos. Cada uno tiene un dueño, su identificación, su argolla, el control sanitario respectivo. La técnica actual permite todo esto para racionalizar, controlar la tenencia responsable de ellos y mucho más, pero esto significa un cambio cultural en la mentalidad del chileno. Y aquí está el problema de fondo.