Resulta preocupante darse cuenta de la escasa conciencia que existe por el medio ambiente y el año que permanentemente hacemos al abusar de sus recursos, sobreexplotarlos y no darnos cuenta que ello tendrá consecuencias. Desde una escala pequeña, el individuo, hasta una multinacional, resulta que no son muchas las acciones que se desarrollan para utilizar energías renovables, sustentables y amigables con el medio ambiente y de tener conciencia en el ahorro de los recursos que las comunidades gozan prácticamente sin restricción: luz, agua.

Es un tema particularmente importante de debatir hoy 5 de junio, fecha en que se conmemora al Día Mundial del Medio Ambiente. Esta efeméride fue establecida como tal por la Asamblea General de Naciones Unidas, en su Resolución (XXVII) del 15 de diciembre de 1972. Esta fecha pretende sensibilizar y promover la atención y acción política, logrando además que las personas se conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y equitativo, promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales, y fomentar la cooperación, la cual garantizará que todas las naciones y personas disfruten de un futuro más prospero y seguro.

Lamentablemente hoy vemos como en el mundo el tema ambiental vive una crisis sin precedentes. China, por ejemplo, el segundo mercado global más grande ha priorizado el crecimiento por sobre el cuidado del medio ambiente y por ello hoy sufre los peores índices de contaminación, aun cuando también está liderando los esfuerzos por una tecnología energética más sustentable.

A nivel local, hemos visto estas últimas semanas como una costumbre tan antigua como la calefacción a leña en más del 80% de los hogares de la intercomuna está deteriorando la calidad de vida de sus habitantes, mientras la cantidad de áreas verdes que permitan paliar el exceso de CO2 en el ambiente no han crecido más de un 0,73% entre los años 2003 y 2013. Asimismo, ha quedado en evidencia en la fiscalización por Alertas Sanitarias a raíz de condiciones de Preemergencias y Emergencia Ambiental que son las empresas las que han recibido más multas por incumplimientos a la norma sanitaria y medioambiental.

Mientras no vayamos conciencia que el cuidado del medioambiente es una tarea de todos, que el calentamiento global es una consecuencia de ello y que de no tomarlo en serio traspasaremos una verdadera crisis ambiental a ésta o las próximas generaciones, ninguna política de Estado o restricción futura podrá revertir lo que por décadas hemos sumado como una enfermedad cancerígena a nuestro entorno y hogar llamado Tierra.

El padre y el hijo, cada uno con su caña de pescar, de pie a la orilla de la corriente, esperan tener suerte ese día y volver a casa con un salmón por lo menos. Ellos pescan para estar juntos, entretenerse y para comer.

El hijo rompe el silencio. ¿Cuánta agua hay en el planeta?

- Mucha - responde el padre, pensando en el agua del río, en la nieve de la cordillera, en el mar y… claro la lluvia.

-¿Y no se acaba?

Otra vez el padre busca una respuesta. No había pensado que el agua pudiera acabarse, sabe que sin ella no hay vida. Seguramente su hijo está pensando en la sequía, la del año anterior cuando el río estaba casi seco y no pudieron pescar en este rincón. - No, no se acaba, para eso está la lluvia, la nieve. El agua sube y baja, siempre está rotando.

-Ah, entonces es la misma agua que sube y baja.

-Algo así, creo. No quiso decirle que sus conocimientos no alcanzaban para más.

-Ah, dijo sorprendido el niño. El planeta ha tenido siempre la misma cantidad de agua… que sube y baja.

-Es posible, no estoy seguro. No había pensado en eso. Había escuchado que la tierra había estado cubierta de nieve, se derritió y aparecieron las islas, los continentes. El planeta era algo cerrado, cubierto en gran parte con agua, la misma ni un litro más ni menos, ¿será cierto? se preguntó a sí mismo. El agua que usamos la limpiamos hoy día, se va limpia al mar, agregó, trayendo a su memoria el gigantesco purificador de agua inaugurado no hacía mucho.

- Y cuando caiga de nuevo.

- La limpiamos otra vez una vez usada.

-No quedará un poquito sucia, ¿verdad? Si es la misma agua que se está limpiando, la que sube, la que baja-exclamó el niño.

El hombre dudó en busca de una respuesta, porque si continuaba el pensamiento de su hijo, esa misma agua de tanto limpiarse llegaría un punto en que no podría limpiarse más…para ser tan pura como era. Entonces el grito alegre del niño, interrumpió su pensamiento: el niño luchaba con un salmón, el primero de la temporada. Como hombre de fe, pensó que Dios le había enviado un pez al no tener una respuesta.