Un severo castigo deberán enfrentar en nuestro país los 87 hinchas de La Roja que provocaron desmanes en el estadio Maracaná en Brasil, al ingresar por la fuerza a la sala destinada a la prensa internacional acreditada con la finalidad de conseguir entradas para asistir al partido que la selección nacional sostuvo con España.
La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) confirmó ayer que los 87 connacionales que fueron conminados a salir de Brasil en un plazo de 72 horas tendrán prohibición para asistir a estadios de fútbol en Chile, castigo contemplado en la Ley de Violencia en los Estadios para 'quienes, de forma objetiva, no presentan un comportamiento acorde y adecuado en el marco de esta actividad deportiva'. Esta medida es un derecho legal que pueden aplicar los clubes del fútbol ante situaciones que se alejen del espíritu de la comunidad futbolística.
En efecto, tal como lo recordó el propio encargado del Plan Estadio Seguro, Jorge Roa, se trata de una potente señal de que no se van a aceptar este tipo de conductas de los hinchas, sobre todo pensando que el próximo año Chile será sede del Mundial de Fútbol Sub 17, donde incluso el estadio Nelson Oyarzún de Chillán será escenario de algunos de esos encuentros deportivos, como asimismo la organización de la Copa América.
Entretanto, el tema de los 87 hinchas chilenos detenidos en el Maracaná tampoco pasó inadvertido en el mundo político. En la Cámara de Diputados, nada menos, fue motivo de debate luego que legisladores de la UDI que integran la Comisión de Deportes solicitaran al Ejecutivo colocar urgencia al proyecto de ley que busca restringir la salida del país a condenados por ley de violencia en los estadios o que hayan protagonizado hechos delictivos en recintos deportivos, tanto fuera como dentro de Chile.
Y es que para muchos, la actitud de estos fanáticos enloda la imagen del país en el exterior, sobre todo en el marco de una copa del mundo donde la selección nacional ha logrado una destacada participación. Los hinchas del fútbol, en general, no están acostumbrados a estas trascendentales victorias en eventos de categoría mundial y se exceden muchas veces en sus celebraciones o en el ímpetu por estar presentes en sus partidos. Sin embargo, la actitud de la FIFA y la ANFP han sido las correctas al actuar con severidad y no permitir estas actitudes tercermundistas que empañan los meritorios logros en lo deportivo.