AFP Estatal: ¿Solución a los reales desafíos?
El 16 de junio, la Presidenta Bachelet, firmó el proyecto de ley que crea la AFP estatal. Si bien reconoce que esta no es la solución definitiva al sistema de pensiones, si cree que contribuirá al mejoramiento de estas. Para la nueva figura, se definen tres objetivos; cubrir los grupos que están fuera del sistema; reducir la brecha de género, el 70% de los no afiliados son mujeres; y aumentar y mejorar la competencia entre AFPs. Es válido preguntarse entonces, cuáles son los grandes problemas que enfrenta el sistema y cuáles las vías de solución. La respuesta puede resumirse en tres grandes puntos; 1) baja cobertura de ciertos grupos; 2) bajas pensiones en comparación con sus ingresos durante su vida laboral y 3) la baja competencia del sistema. Ante la baja cobertura, la preguntarse es ¿por qué no cotizan las mujeres, los independientes y los trabajadores de zonas alejadas?, yo creo que no lo hacen porque, al no tener un contrato de trabajo, asumen que hacerlo voluntariamente rebajaría su ingreso disponible, y descansan en la idea de que será el Estado el que se hará cargo de sus pensiones. Sin embargo, esto no lo soluciona una AFP estatal, sino la generación de incentivos adecuados para que todos estos se incorporen al sistema, ya sea a través de subsidios o beneficios tributarios. Con respecto a las bajas pensiones, es sabido que éstas dependen, básicamente, de cuatro factores; la continuidad de las cotizaciones, el monto de las mismas, los años de imposiciones y la rentabilidad de los fondos. La continuidad se puede lograr, por ejemplo, con subsidios decrecientes en el tiempo a la cotización, mientras el trabajador está cesante.En cuanto a los montos y años de cotización, hay que plantearse si el porcentaje actual y la edad de retiro son los más adecuados, dada la mayor esperanza de vida. Finalmente, la escaza competitividad, a mi juicio no se soluciona con la incorporación de un nuevo actor, costos o comisiones más bajas, sino más bien, con una apertura de la industria a la banca y compañías de seguro, de la misma manera que se ha hecho con el ahorro previsional voluntario.