Adopciones: 'la punta del iceberg'
El expediente de la investigación por adopciones irregulares realizadas por el juzgado de Menores de Chillán, entre los años 1988 y 1990, llevada a cabo por el ministro en visita Guillermo Cocio, da cuenta de un cúmulo de situaciones anómalas que terminaron con la entrega de muchos menores de la zona a familias en el extranjero, utilizando para ello sentencias adulteradas, gestiones ilegítimas e intentos de ocultamiento de la información a través del extravío de documentos judiciales.
La investigación de más de 500 páginas fue desarchivada recientemente por la Corte de Apelaciones de Chillán a solicitud de Diario , para conocer los entretelones de las distintas indagatorias solicitadas por la entonces magistrado titular de menores, Marcela Ramírez. El desarchivo de este caso podría convertirse en una pieza clave en la reciente investigación que lleva adelante en la actualidad el ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, Mario Carroza, quien a principios de junio tomó conocimiento de ocho denuncias que indagó la Fiscalía Centro Norte, y que tras dos meses se declaró incompetente para seguir tramitándolas.
Las denuncias fueron conocidas en primera instancia por el Servicio Nacional de Menores. El ministro Carroza de inmediato inició las diligencias que se iniciaron por las adopciones reconocidas por el sacerdote Gerardo Joannon en la década del 90, pero que rápidamente se extendieron a otras zonas como Chillán, gracias a nuevas denuncias recibidas por la página Nos Buscamos. De hecho, el ministro solicitó antecedentes al Hospital de Chillán por tales casos.
Las adopciones irregulares ocurridas al final del gobierno militar vinculaban a hogares de menores de la provincia. De hecho, funcionarias contactadas por reconocieron abiertamente la existencia de gestiones para enviar a hijos de madres de escasos recursos al extranjero, para ser adoptados.
La investigación llevada a cabo en la década del 90 por el ministro Cocio confirma tal hipótesis con antecedentes concretos del Poder Judicial, de manera escalofriante. El Juzgado de Menores de Chillán se convirtió prácticamente en un centro de despacho de menores para adopciones irregulares, producto de gestiones anómalas y hasta ilegales de parte de funcionarios del mismo estamento. Menores provenientes de Talca, Rancagua, Bulnes, Florida pasaron por sentencias del tribunal que aprobó su salida del país incluso pese a existir la negativa del Sename, o el no haber cumplido con la aprobación de sus padres naturales.Estados Unidos, Suiza, Italia, Francia, fueron algunos de los destinos de estos menores, en algunos casos haciéndoles creer a sus padres que estaban muertos o haciéndoles firmar papeles de manera fraudulenta. Estos antecedentes sólo dan cuenta que en Ñuble existió una red de asociación ilícita para un verdadero tráfico de menores, de la cual los tribunales de la época sólo descubrieron 'la punta del icerberg'.