Este viernes, el mundo de la literatura tendrá un nuevo Premio Nacional. Ese día, a través de un llamado telefónico al ganador, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, revelará cuál de los 10 candidatos fue elegido por el jurado para suceder a Oscar Hahn. La regla tácita dice que esta vez el galardón debería recaer en un narrador y así lo demuestran las candidaturas. En la pelea se encuentran Antonio Skármeta, Germán Marín, Poli Délano, José Luis Rosasco, Francisco Rivas, Fernando Emmerich, Francisco Casas, Jorge Guzmán, Patricio Manns y Pedro Lemebel.
Todos nombres importantes del quehacer literario chileno de las últimas décadas. Incluso, algunos ya han sido propuestos incontables veces como es el caso de Germán Marín, cuyo nombre suena desde los '70 y quien dijo en una entrevista a un diario capitalino que está 'acostumbrado a perder, no espero este premio'. Lo mismo sucede con Poli Délano, Jorge Guzmán y José Luis Rosasco, por nombrar solo algunos.
Sin embargo, es muy probable que nuevamente estos escritores se queden con las manos vacías, ya que se prevé que la pelea se centre en Antonio Skármeta y Pedro Lemebel. El autor de 'Tengo miedo torero' fue el último en sumarse al listado de competidores, luego de que 15 días antes de que cerraran las postulaciones el dueño de la librería Metales Pesados, Sergio Parra, decidiera iniciar una campaña a su favor.
El resultado de esta fue un éxito rotundo. Se sumó la Editorial Planeta, universidades estadounidenses, y se hizo una lista de firmas que alcanzó las 850, entre los que se encontraba el escritor Alejandro Zambra. En su columna para la revista 'Qué Pasa' escribió que Lemebel debe ganar el premio porque ha conseguido 'lo que poquísimos consiguen: construir un público, crear lectores, muchos de ellos jóvenes poco o nada interesados en las lecturas obligatorias'; agregando que 'su obra, estudiada en decenas de universidades en todo el mundo, ha demostrado una consistencia y una relevancia mucho mayor que la que le atribuían los que lo ninguneaban a grito pelado en los 90'. El mismo Marín ha dicho que es su favorito.
Su trabajo ha sido reconocido en el mundo entero. En 1999 editó su primer libro en Barcelona, y en 2006 ganó el premio Anna Seghers que se otorga en Alemania. En Chile, los reconocimiento oficiales le han sido escasos -aunque seguramente ser uno de los autores más pirateados del país puede ser un reconocimiento en sí mismo-, ya que solo el año pasado obtuvo el José Donoso, el mismo que han recibido autores como Juan Villoro y Ricardo Piglia, por nombrar algunos.
En la vereda del frente está Skármeta. Para algunos libreros y colegas ya es hora de que obtenga el reconocimiento, especialmente luego de que quedara como finalista en la edición 2010 cuando Isabel Allende se alzó con el galardón. También hay algunos escépticos que ya lo ven como ganador, debido a su capital político que lo liga al oficialismo, como el haber sido embajador en Alemania durante el gobierno de Ricardo Lagos y haber colaborado en la campaña de la Presidenta Michelle Bachelet.
Más allá de estas consideraciones, lo cierto es que el autor de 'Soñé que la nieve ardía' tiene méritos literarios suficientes como para ser un firme candidato al Premio Nacional de Literatura. Por ejemplo, su irrupción en el mundo de las letras en los '60 desordenó la narrativa nacional, mientras que en los '90 formó a jóvenes autores en su taller, e incluso, traspasó su amor por este mundo a la televisión a través del mítico 'El show de los Libros'.
A nivel internacional su obra es ampliamente reconocida, especialmente 'Ardiente paciencia' que aborda la relación entre Pablo Neruda y su cartero, la cual fue llevada al cine bajo el título de 'Il Postino' -nominada a cuatro premios Oscar, entre ellos mejor película-, y a la ópera. A esta se suma 'El baile de la Victoria' dirigida por el español Fernando Trueba y 'El plebiscito', que sirvió de base para la cinta 'No' de Pablo Larraín, nominada al Oscar como mejor película extranjera. A ello se suman una importante cantidad de premios como el Casa de las Américas, Altazor, Goethe, Planeta y la condecoración de Caballero de la Orden de las Artes y Letras, por nombrar solo algunos.
Dos importantes figuras que serán dirimidas por un jurado compuesto por el Ministro de Educación, quien lo preside; el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi; el rector de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, Jaime Espinosa, en representación del Cruch; Pedro Lastra, representante de la Academia Chilena de la Lengua y Oscar Hahn, último galardonado que actuará como secretario Oscar Hahn.