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Las increíbles tácticas de la PDI para capturar al prófugo más buscado de Chile

Leyenda. Antes de atrapar a Magno Sandoval, la policía civil realizó varios operativos sin tener éxito. Detectives encubiertos y crudas campañas fueron necesarias para detener al 'Pincheira' del siglo XXI.

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Alrededor de dos años atrás, al lado de un torrentoso río, ubicado entre las montañas cercanas a San Fabián, los detectives de la Brigada Antinarcóticos de la PDI vieron por última vez, a través de binoculares, a Magno del Carmen Sandoval Castillo, mientras cabalgaba su caballo en dirección hacia los interiores de la cordillera de Los Andes. La escena fue frustrante: Se les escapaba, sin poder evitarlo, el prófugo más buscado de la región, y a nivel país.

La complejidad del caso no radicaba en las labores de inteligencia que realizara la policía; de hecho, frecuentemente recibían informaciones del paradero de Magno Sandoval. El problema no era dónde capturarlo, sino cómo llegar hasta los lugares que él estaba acostumbrado a transitar, en ubicaciones tan hostiles, que sin los equipos adecuados habría resultado contraproducente para sus fines: devolver a la cárcel al sujeto, que tras el terremoto de febrero de 2010, se fugó desde el recinto penitenciario de Chillán, junto a otros 260 internos.

Tuvieron que pasar cuatro años para que la Briant pudiera atrapar, finalmente, al sujeto que actualmente tiene 51 años. Sin embargo, no fue una labor fácil. Un operativo organizado minuciosamente, que contó con la presencia de 10 oficiales de la brigada chillaneja, junto a cuatro refuerzos del Equipo de Reacción Táctico, proveniente de Concepción, pudieron encontrar a Magno Sandoval, en un refugio ubicado en un sector cordillerano, perteneciente a la comuna de Coihueco.

La leyenda del Magno

En 2009, una exhaustiva investigación de la Briant determinó que Sandoval pertenecía a una red de tráfico de drogas entre Chile y Argentina, liderada por Michael Silva. Ambos sujetos fueron detenidos y formalizados el 10 de enero de 2010, por lo que llegaron a la cárcel de Chillán a cumplir prisión preventiva por el delito de venta ilícita de 27 kilos de cannabis sativa.

Sin embargo, poco más de un mes estuvieron en sus celdas, antes que ocurriera el terremoto del 27/F y escaparan. La ocasión se presentó como una oportunidad única para Magno Sandoval, quien decidió internarse en las montañas. Refugiado allí, adoptó el alias de Mario Gutiérrez, aunque no pudo ocultar su verdadera identidad entre la comunidad rural.

'Los lugareños lo reconocían porque no guardaba características físicas con ellos. Es un hombre que mide más de 1,80 metros, de contextura gruesa. Es una persona solitaria que se hacía respetar por su sola presencia. Muchas veces se corría la voz de que andaba el Magno dando vueltas y se generaba una alerta entre la población', contó el subprefecto Alex Espinoza, jefe de la Briant de Chillán.

El oficial Espinoza fue el encargado de organizar las diligencias de búsqueda, aunque muchas veces vieron truncadas sus aspiraciones debido a las desfavorables condiciones que presenta la geografía del gigante cordón montañoso, aún más si se compara con 'El Magno', cuya habilidad para ocultarse y sobrevivir en la montaña había cultivado en sus años de experiencia como prófugo, sobreviviendo gracias al contrabando de animales entre Argentina y nuestro país.

Durante estos años, lo único que se sabía del prófugo era que se trasladaba con su caballo, rodeado de muchos perros, utilizando esporádicamente los refugios que se encuentran en las montañas, y que son de ayuda para los andinistas y lugareños que están de paso por la zona y, en caso de emergencia y resguardo, deciden pernoctar.

Labores de búsqueda

Aquella oportunidad en que vieron arrancar al Magno arriba de su caballo, se transformó en uno de los tantos episodios fallidos por capturarlo. La policía pasó uno, dos, tres y cuatro años tras su huella, intentando distintas estrategias para dar con él.

'Sobre todo en las temporadas estivales, donde había mayor presencia de turistas, algunos detectives subían hasta el lugar, haciéndose pasar por mochileros, tratando de obtener información, tratando de establecer puntos donde nosotros sabíamos que el Magno se podía encontrar', relata el subprefecto Alex Espinoza, quien conoce bien al 'baqueano', como le decían varios, ya que cuando fue detenido en 2010, fue parte de un operativo de los detectives que estaban a cargo de él, desde un mes antes que él llegara a liderar la brigada.

'Antes de la primera detención de Magno, en enero de 2010, los detectives tuvieron que utilizar una estrategia donde se hicieron pasar por trabajadores que iban a inspeccionar las condiciones eléctricas del lugar. Ingresaron a la casa, vieron y describieron el lugar físico donde vivía, y eso tenía como propósito saber dónde estaba el lugar una vez que llegara. Cuando hicieron esta inspección, se encontraba sólo su mujer, y tomaron contacto con ella para saber el lugar físico y organizar su detención', relató Espinoza, quien confesó también que en otra oportunidad los policías encubiertos, haciéndose pasar por temporeros, se hicieron amigos de algunos lugareños, quienes lo invitaron a una fiesta. Asistieron porque se suponía que esa noche llegaría El Magno. Pero eso nunca pasó.

El día D

Con la experiencia de los intentos fallidos, sumado a la información adquirida por quienes habían divisado, se sabía el Magno estaba en el fundo 'El Imposible', y queque se levantaba temprano a realizar sus labores.

El día del asalto final, el equipo ocupó toda la implementación tecnológica que poseen para abordarlo durante la madrugada. 'Se llegó en vehículo hasta un río de 40 metros de ancho, donde la única manera de trasladarse hasta la otra orilla es a través de un carro metálico que cuelga de una cuerda, a 15 metros de altura. Tiene un máximo de capacidad de tres personas', relató Espinoza.

Una vez que cruzó el equipo, caminaron cerca de dos horas por un sendero, antes de dar con el domicilio del prófugo. 'Estábamos conscientes de que él estaba solitario, pero estaría con sus fieles amigos, sus perros y su caballo. De hecho, lo acompañaron hasta el último momento, alertando la presencia policial', señaló el experimentado detective.

Magno del Carmen Sandoval Castillo dormía vestido, temiendo que llegara la policía. Cuando llegaron los detectives, intentó huir por la ventana, pero fue en vano. La casa estaba rodeada. Ese fue el fin del eterno peregrinaje por los espectaculares paisajes que ofrece la cordillera. El Magno volvía a estar tras las rejas.

El subprefecto Espinoza señala que con esta detención, el Magno responderá ante la justicia por el delito de tráfico de drogas que cometió en 2010. Pero, según él, 'es igual de importante que la población rural estará más tranquila y a los niños no se les asustará con la típica frase: 'A los que se portan mal, se los lleva el Magno'.

4 años

20 de agosto

'Es importante su detención porque la comunidad rural estará más tranquila. En adelante, los padres no podrán volver asustar a los niños diciéndoles: 'A los niños que se portan mal se los lleva el Magno''.

2010 fue la primera