Una adolescente de 15 años fue detenida cuando bajaba de un bus en el Terminal de Buses Collao de Concepción,
procedente de Chillán, con más de 5 kilos de pasta base de cocaína, la que era
traída desde el norte del país, específicamente de la ciudad de Calama. La joven trasladaba la droga en un bolso deportivo para entregarla a otra mujer.
Dos ideas fuerza está reiterando el Gobierno y la Nueva Mayoría, para explicar el creciente rechazo a las Reformas en las encuestas: Se trata de reformas 'contraculturales' y, por tanto, la ciudadanía resentiría en esta etapa de debate los cambios propuestos. Y por otro lado se dice que 'La oposición ha desplegado una campaña para infundir miedo y desinformar'.
La Presidenta Bachelet, ha insistido en que falta información de la ciudadanía para evaluar las reformas y que una vez entienda sus beneficios, el rechazo se revertirá. En línea con las razones a las que atribuyen el clima de rechazo a las reformas, los partidos del gobierno se preparan para desplegarse, con el propósito de explicar y defender la Reforma Educacional en terreno.
Cabe observar que todos los esfuerzos del Gobierno hasta ahora están abocados a difundir los beneficios de las reformas y a reafirmar los compromisos programáticos.
No hay señales de una reorientación de las prioridades o de la revisión de las reformas emblemáticas, cuya resistencia ciudadana no puede atribuirse exclusivamente a nuestra acción como oposición, que legítimamente cumplimos nuestro rol, sino a los efectos que los chilenos perciben, tendrán en el ámbito de sus decisiones personales (libertad) y de sus oportunidades (empleos).
Cabe observar, asimismo, que si bien la actuación pública de algunos ministros puede haber contribuido a generar incertidumbre, los problemas que hoy enfrenta el Gobierno son de fondo y no comunicacionales: la orientación de sus reformas, en sentido contrario a la orientación que ha tenido el desarrollo económico y social del país en las últimas décadas; y las posiciones excluyentes frente a los temas más importantes, que conviven al interior del oficialismo.
El ciudadano común pareciera tener más sentido común que el gobierno y percibe que un cambio de gabinete no resolvería esos problemas, pues quienes asumieran las funciones de ministros deberán ejecutar un mandato presidencial que, al menos hasta ahora, no da señales de tener la voluntad de reorientarse.
Desde regiones, sus habitantes no logran dimensionar una explicación para el atentado cometido por inescrupulosos al interior de una estación del metro en la capital, ad portas de una nueva conmemoración del 11 de Septiembre. Pero aún tal recuerdo que ha ido siendo superado por el avance de una sociedad democrática, cada vez más abierta y atenta a las demandas de sus ciudadanos, no justifica actos de esta naturaleza en un país que creía haber dejado atrás las atrocidades del terrorismo.
Ayer, alrededor de las 15 horas, un artefacto explosivo detonó al interior de la Estación del Metro Escuela Militar, dejando una cifra de diez personas con heridas algunas de gravedad, una de las cuales perdió parte de su mano y otra persona con una fractura expuesta en su pierna izquierda. Sumado a ello, la escena desató una ola de pánico ante un hecho de tal magnitud en el centro de Santiago y reacciones inmediatas del gobierno para dar tranquilidad a la comunidad de que las instituciones policiales están con toda su capacidad puesta en dar con los responsables para que éstos sean juzgados. Asimismo, tanto el ejecutivo como la UDI anunciaron ayer sendas querellas contra quienes resulten responsables aunque no se ha precisado si el gobierno invocará la Ley Antiterrorista, mecanismo jurídico que en pasadas ocasiones la administración de Michelle Bachelet ha desestimado aplicar en causas relacionadas con el conflicto mapuche.
Lo ocurrido en el Metro santiaguino es, a todas luces un acto terrorista y como tal debe ser reconocido por la autoridad máxima del país, por cuanto se trata de un hecho sin parangón en la historia chilena. Sin duda, nadie quiere en Chile que atentados como el de la estación de trenes de Atocha, en España, el 11 de Marzo de 2004 -diez explosiones que dejaron a 192 personas fallecidas y a 1.858 heridas- sean hechos que queramos ver en Chile.
En los últimos años, se han registrado decenas de atentados impunes contra entidades bancarias, recintos particulares, que la Fiscalía no logró esclarecer ni probar ante la justicia, quedando estos actos sin responsables. El país no espera otra cosa de sus instituciones que éstas funcionen y que no permitan que el miedo a la delincuencia se apodere de un país que vive hoy en relativa paz tras aprender de los episodios más duros de su historia republicana.