Desórdenes municipales
En los últimos meses, el municipio de Chillán Viejo ha ido sumando investigaciones, informes, juicios de cuentas a la gestión que se ha venido realizando en los últimos 2 a 3 años, a raíz de lo que Contraloría considera que corresponde a desórdenes administrativos en el proceder municipal, tanto en lo concerniente al pago de proveedores por servicios, como más recientemente en lo referido a contratos a honorarios de funcionarios extra municipales.
En cuanto a esto último, la más reciente indagación del órgano contralor es una arista que surge de las averiguaciones en el denominado 'Caso Desfalco', pero que aborda en específico situaciones contractuales aparentemente anómalas dentro del consistorio y que beneficiaban a representantes de dos partidos políticos de la Nueva Mayoría: el Partido Socialista (del cual el alcalde Felipe Aylwin es militante) y el Partido Radical. Según la fiscalización efectuada a estos contratos, existirían pagos por funciones que en definitiva no se encontraban desempeñando las personas contratadas, como asimismo pagos duplicados en algunos meses.
No se trataría de algo nuevo dentro del municipio chillanvejano. No sólo este tema circulaba como conversaciones de pasillo en el edificio municipal, también fue advertido en sesiones de concejo por la edil Susana Martínez. Lo grave es que, pese ella a haber solicitado información al respecto, nunca obtuvo una respuesta. Entonces, ¿cómo está operando en realidad la fiscalización a la cual están obligados los concejales?
Llama la atención la exacerbada liviandad con que algunas autoridades comunales toman las revelaciones de millonarias pérdidas de recursos de las arcas municipales, contratos anómalos y proyectos cuestionados, como ocurrió con la instalación de luminarias en la comuna, licitadas a 20 años.
Cabe destacar que los procesos de Contraloría están en una etapa inicial, y sólo en ese contexto se podría entender el silencio que ha imperado desde el jefe comunal y algunos concejales cercanos. Sin embargo, existe preocupación en la comunidad por la transparencia con la cual se están llevando a cabo las tareas municipales y si más que buscar la eficiencia, no se estarían simplemente pagando favores políticos, con el consiguiente desprestigio de la actividad pública. Sólo el tiempo y la acuciosidad de Contraloría y el rol que deben cumplir los concejales, será posible despejar toda duda.