Igualdad de Género en el Trabajo en Chile
Avanzar hacia la igualdad de género en las empresas chilenas tiene grandes implicancias en distintas áreas de la gestión de recursos humanos, procesos y productos que, sin duda, remecen la forma tradicional en que ha sido abordada hasta ahora la organización del trabajo.
El Servicio Nacional de la Mujer desde hace más de una década ha desarrollado diversas iniciativas tendientes a generar un cambio en uno de los ámbitos de mayor resistencia y asimetría de género: el trabajo remunerado.
Promover buenas prácticas laborales y desarrollar el sello 'Iguala' fueron aportes relevantes. Sin embargo, hoy los esfuerzos están en la difusión de una norma certificable, la NCH3262, para la 'Gestión de la Igualdad de Género y Conciliación de la vida laboral, familiar y personal', aún no aplicada por ninguna empresa u organización.
La primera consecuencia positiva de la certificación será hacer visibles aspectos que han estado históricamente ocultos tras el velo del patriarcado. Por ejemplo, la segregación ocupacional, el 'techo de cristal' o las barreras en el desarrollo de carrera de las mujeres, las brechas en salario y participación directiva, y los prejuicios y estereotipos aún presentes, de manera 'grosera' o 'sutiles', en los procesos de selección y reclutamiento de personal.
La certificación debiera asumirse con una mirada estratégica, de largo plazo, no como un fin o meta a alcanzar, sino como una herramienta en un proceso de transformación que tendrá implicancias para las empresas, especialmente en las dimensiones socioculturales.
Pondrá la mirada en los ambientes de trabajo, en el clima laboral y en las relaciones sociales de poder que se establecen entre hombres y mujeres, cuestión que conllevará a asumir que para disolver las jerarquías de género, se requiere de conciencia y convicción del valor del principio de igualdad, así como de generosidad para perder los privilegios masculinos de los que ha gozado solo una parte de la fuerza de trabajo en Chile.