Japón intensifica de manera inesperada su agresivo plan de estímulo monetario
crisis. La medida llega en un momento en que la recuperación de la economía nipona parece haberse estancado.
El Banco de Japón (BoJ) anunció ayer de manera inesperada que intensificará su ya de por sí agresivo programa de estímulos para impulsar el crecimiento de la tercera economía del mundo y alcanzar su objetivo inflacionario.
"Con esta decisión mostramos nuevamente nuestra firme determinación a salir de la deflación", dijo el gobernador del banco emisor nipón, Haruhiko Kuroda, tras realizar un anuncio que tuvo en efecto inmediato en los mercados y situó al yen en caída libre frente al dólar.
El BoJ desveló que acelerará entre 10 y 20 billones de yenes (US$ 90.491 millones) el ritmo anual al que pretende incrementar la base monetaria. De este modo el programa de compra masiva de activos conllevará operaciones para incrementar la liquidez del sistema financiero nipón "en unos 80 billones de yenes" al año, según explicó la entidad.
Este estímulo adicional llega en un momento en que la recuperación de la economía nipona parece haberse estancado por el frenazo el consumo (principal componente del PIB de Japón) tras una histórica subida del IVA aplicada en abril.
Kuroda explicó que "se ha alargado más de lo esperado el periodo de reacción al incremento del impuesto sobre el consumo"- el primero en 17 años- y aseguró que es un "momento crítico" para conseguir una subida mantenida de los precios.
La junta de política monetaria del BoJ volvió a subrayar que la economía nipona "continúa recuperándose moderadamente" y que "se espera que siga creciendo a un ritmo por encima de su potencial".
Sin embargo, apuntó que la debilidad que ha mostrado la demanda tras la subida del IVA en Japón y la "sustanciosa caída de los precios del crudo" han ejercido una presión negativa sobre el índice de precios al consumo (IPC).
Ayer el Gobierno nipón publicó decepcionantes datos sobre la demanda interna, que revelaban que el gasto de los hogares correspondientes a septiembre cayó por sexto mes consecutivo.
El propio banco emisor en su informe semestral rebajó ayer en medio punto su previsión de crecimiento para el país asiático hasta situarla en el 0,5 %.
Para el actual ejercicio fiscal, que Japón concluye en marzo de 2015, el BoJ recortó también en dos décimas sus expectativas sobre la subida de precios hasta el 1,7 %, lo que aleja la meta de Tokio de lograr una inflación del 2 por ciento en 2015.
La decisión de ampliar el programa de flexibilización no contó sin embargo con consenso, ya que de los nueve miembros de la junta de política monetaria de la institución cinco votaron a favor y cuatro lo hicieron en contra.