Insensibilidad humana frente a la muerte de un can

E-mail Compartir

Un trabajador observa con impacto como a la entrada de un establecimiento un perrito -muerto y desangrangrado- yace sin mayor preocupación de los transeúntes. Seguramente fue dejado en ese lugar por alguna persona que evitó hacerse responsable de su estado. Total despreocupación que nos llama a preguntarnos por cómo cuidamos en Chillán a los "hermanos menores" que tanto amaba San Francisco de Asís.

Héctor Barriga.